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Los ministros de Defensa, Agricultura y Energía tuvieron el puntaje más alto en la encuesta XXIX de funcionarios de La República, pero todos por debajo de 3 puntos
Este 7 de agosto el presidente Gustavo Petro comienza su último año de gestión en medio de dificultades económicas y una alta rotación que pesa en el análisis que se hace a la gestión del mandatario.
Luego de tres años de la llegada de la izquierda al poder colombiano, el diario La República realizó su tradicional calificación anual de ministros (edición XXIX) en la que consultó a más de 500 altos directivos de las empresas más importantes del país, quienes evaluaron a los principales funcionarios que integran el gobierno de Petro con puntajes del 1 al 5, siendo 1 muy malo y 5 excelente.
Tal como se vio en la edición del año pasado, ni Petro ni ninguno de sus ministros logró superar la media de 3 puntos. Aunque sí se vio un leve aumento en algunos de los ministerios, la gestión y el cambio constante de jefes de cartera determinó las bajas calificaciones obtenidas en esta encuesta.
De hecho, esto representó un gran trabajo para los encuestados, a quienes les resultaba difícil seguir la pista a los proyectos que estaba ejecutando cada cartera por los cambios recurrentes del gabinete.
En esta oportunidad, los ministros con la calificación más alta fueron los de Defensa, Pedro Sánchez; Agricultura, Martha Carvajalino y de Minas y Energía, Edwin Palma. Los tres quedaron empatados con 2,4 puntos. Mientras que la calificación más baja la obtuvo la ministra de Relaciones Exteriores (e), Rosa Yolanda Villavicencio, con 1 punto, quien tan solo lleva un mes en el cargo, luego que Laura Sarabia renunciara a la cartera.
Resulta paradójico, porque el año pasado fue precisamente el canciller, de ese momento, Luis Gilberto Murillo el ministro de Petro mejor calificado con 2,5 puntos, una décima por encima de la mejor calificación de este año que fue 2,4 puntos.
Este gabinete tendrá que afrontar retos importantes, completar agendas que estaban pendientes, pues, analistas señalaron que mucho de lo que se prometió en campaña no se ha cumplido, pero al tiempo, lo relacionan con los constantes cambios, en promedio un ministro le dura a Petro 11,1 meses.
Esa es la principal razón por la que ninguno pudo completar al menos la media de la calificación y se encuentra entre los peores resultados desde que se realiza este sondeo.
César Tamayo, decano de finanzas, economía y Gobierno de Eafit, aseguró que hubo varios pendientes sin resolver que fueron epicentro de la campaña del Gobierno y es que, por ejemplo, en tres años no han logrado mover el indicador de desigualdad pedido con el coeficiente de Gini, que se mantiene en 0,55, por encima de cómo se encontraba en 2018 o 2019.

Tamayo no pasó por alto la rotación, la cual, coincidió, es una de las grandes incidencias por las que hay tantos problemas en el desarrollo y diseño de políticas de Gobierno.
“En estos tres años hemos visto una parálisis en la expansión de infraestructura, y retrocesos preocupantes en materia de seguridad: las cifras de Ministerio de Defensa muestran que en el primer semestre de 2025 se registraron incrementos en el número de víctimas de secuestro (53%), ataques terroristas contra la infraestructura (51%) y asesinatos de miembros de la fuerza pública (135%)”, alertó.
Por eso, aseguró que en este último año de gestión, Petro tendrá un camino cuesta arriba, si quiere dejar como legado otra cosa que un crecimiento mediocre, y retrocesos en salud, energía o seguridad.
Mario de la Puente, economista y profesor de la Universidad del Norte, insistió que en el Gobierno hace falta equipos técnicos sólidos que diseñen estrategias para resolver los problemas de base que sufre el Gobierno, como el déficit fiscal.
“Esto provoca discontinuidad en políticas, ineficiencia y desmotivación por salarios insuficientes, clientelismo y un sistema de carrera administrativa obsoleto, revelando problemas crónicos que minan la confianza pública y requieren reformas profundas para fortalecer la institucionalidad”, dijo.
Los retos que vienen no son sencillos, lo que se tiene claro es que para mejorar la calificación debe frenar los cambios.