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Crisis en Ucrania


La creciente tensión entre Rusia y los países de occidente por una posible invasión a Ucrania tiene en vilo al mercado energético, especialmente del petróleo y el gas

UCRANIA

Preguntas para entender qué pasa entre Rusia y Ucrania

viernes, 25 de febrero de 2022

Un experto y varios habitantes de Ucrania dan pistas para comprender el conflicto entre ambos países. ¿Cómo afecta a Colombia? Esta es información en desarrollo que se va actualizando

Maria Camila Botero/Pesquisa Javeriana

Para comprender el origen de la disputa entre ambos países y la forma en la que esto puede afectar a Colombia, Pesquisa Javeriana habló con Jesús Agreda, internacionalista y docente de la clase de Rusia y Asia Central de la Pontificia Universidad Javeriana, y con cinco habitantes de Ucrania, quienes respondieron las 10 preguntas más necesarias para entender qué pasa entre Rusia y Ucrania.

1. ¿Por qué empezó el conflicto entre Ucrania y Rusia?
Agreda explica que hay dos miradas para entender el conflicto entre ambos países. La primera es a nivel global y para ello es necesario hablar del fin de la Guerra Fría en 1989.

“Cuando Estados Unidos, la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) y la actual Unión Europea ganaron este enfrentamiento y definieron las reglas de juego del sistema internacional, Rusia quedó a un lado. Años después, la estructura política del nuevo gobierno ruso fue fuertemente criticada”, afirma el experto.

Esto ocasionó que el país euroasiático buscara una forma en la que su modelo económico y su sistema político autoritario fueran válidos en el mundo —como lo hizo China. Así inicia una tensión con el mundo occidental que se resiste a ese cambio con el fin de mantener el statu quo.

A nivel local es un poco más complicado. Cuando la Guerra Fría llegó a su fin y se disolvió la Unión Soviética (URSS) —que estaba conformada por 15 repúblicas—, muchas naciones dependían entre sí.

“Inicialmente, al ser Ucrania un Estado agrícola y Rusia uno industrial, necesitaban mantener lazos comerciales y de seguridad muy fuertes, pues una parte del ejército de la URSS quedaba en Ucrania, otra en Rusia y otra en Belorrusia”, complementa Agreda. Esto significaba que si el Kremlin quería recuperarse y consolidarse como una potencia mundial debía mantener una relación cercana con todos los estados exsoviéticos.

Pero esa relación “cercana” se vería interrumpida por el deseo de Ucrania de tener mayor independencia política y, por ende, de hacer parte de la Unión Europea y la OTAN, algo que incomodó a Rusia por varios motivos.

Uno de ellos es que, si entra a esta Alianza Atlántica, según explica Agreda, no podría tener en su territorio tropas de un país tercero que no pertenezca a la organización, es decir, Rusia tendría que buscar otro puerto para situar su flota sur y Ucrania podría albergar tropas y misiles de cualquier miembro de la OTAN, lo que dejaría al Kremlin en una posición incómoda.

Vale la pena tener en cuenta que cuando Ucrania era parte de la Unión Soviética, en la península de Crimea —específicamente en la ciudad portuaria de Sebastopol— se fortaleció la base naval más importante de la flota sur, por eso la importancia del control del Mar Negro

A esto se suma, de acuerdo con Agreda, que gran parte del gas que Rusia envía a Europa debe pasar por Ucrania. Por tal motivo, Putin ordenó la construcción del gasoducto Nord Stream 1 y 2, que le permite transportarlo directamente hasta Alemania sin atravesar territorio ucraniano.

“El problema es que a pesar de que la segunda parte ya está terminada, aún no ha entrado en funcionamiento debido a que la Unión Europea y Estados Unidos no lo habían permitido con el fin de evitar una posible invasión a Ucrania”, dice el experto. Ahora, su entrada en vigor es aún más impredecible, pues Occidente canceló la certificación del gasoducto como parte de la sanción aplicada a Rusia por el incumplimiento del cese al fuego.

2. ¿La crisis de la península de Crimea en 2014 tiene alguna relación con la tensión actual?
Luego de las manifestaciones conocidas como Euromaidán, el 27 de febrero de 2014 varios grupos armados prorrusos apoyados por Moscú y tropas rusas (que en un principio no se identificaron) se tomaron las principales instituciones de Crimea, cortaron las comunicaciones con Ucrania e izaron banderas rusas. A raíz de esto, Putin hizo un referendo donde los habitantes (en su mayoría rusoparlantes) votaron por la independencia de Crimea y Sebastopol.

En cuestión de días firmó la anexión de ambos territorios a Rusia, algo que la Unión Europea castigó con duras sanciones económicas y ocasionó un conflicto que aún no termina y que ha sido la causa de más de 14.000 muertes.

La ucraniana Darina Tkachenko, profesora de Lengua y Literatura Hispana con magíster en Política y Gestión Educacional, no creía que la situación actual fuera muy diferente a la que han vivido desde hace ocho años. “No tenemos miedo, nuestro pueblo ya tiene un filtro natural. Estamos bajo tensión porque en cualquier momento pueden atacar, pero hemos aprendido a vivir así. El fuego en la frontera nunca ha parado”, dice a Pesquisa Javeriana.

A esta opinión se sumó la de Alyona Kibets, historiadora y guía turística en Kiev y Chernobyl, quien asegura que están “acostumbrados” a los ataques y “han sobrevivido a la Segunda Guerra Mundial, las hambrunas y el accidente nuclear en Chernóbil”.

3. ¿Por qué a Rusia le conviene que haya territorios separatistas?
Como el principal objetivo de Rusia es que Ucrania no entre en la OTAN, el profesor Agreda dice que para impedirlo la opción más sencilla sería que este país se adhiriera a las organizaciones creadas por el Kremlin para competir con Occidente, que son la Unión Económica Euroasiática y la Organización del Tratado de Seguridad Colectiva. Si lo hicieran, no tendrían opción de escoger. El problema es que Ucrania no ha querido unirse.

La razón de esto, según la profesora Tkachenko, es que Ucrania ha sido un país proeuropeo. “Creo que esto no se conoce en muchos países porque me lo preguntan demasiado, pero no tenemos nada que ver con la mentalidad rusa. Los ucranianos queremos pertenecer a la Unión Europea y a la OTAN, eso está consagrado en nuestra Constitución”, puntualiza.

A pesar de esto, Agreda afirma que hay que tener en cuenta que esta opinión sería muy diferente desde el punto de vista de un ucraniano rusoparlante, pues en Ucrania hay un 17,3 % de población de origen ruso (el 77% ucraniano y el porcentaje restante se divide entre bielorrusos, moldavos, tártaros de Crimea, entre otros). Por eso mismo, se cuestiona cómo el gobierno tomó una decisión tan radical, como unirse a la Alianza Atlántica, sin reconocer los intereses del resto de los habitantes.

¿Entonces, qué es lo que quiere hacer Rusia para impedir que esto ocurra? “Es un análisis más teórico que uno completamente comprobado y se fundamenta en que si yo no puedo atraerlos a mí, hagamos que nadie pueda incluirlos, y para hacerlo necesito desestabilizar al país”, explica Agreda, pues si está en guerra civil, no es posible que la OTAN o la Unión Europea lo acepten.

El experto agrega que a Rusia le conviene que existan movimientos independentistas en lugares ucranianos, como Donetsk y Lugansk, por eso ha mantenido vivo el conflicto apoyándolos militar y económicamente.

4. ¿Hay un ambiente de invasión?
El colombiano Jesús Alberto Maldonado creía que antes eran solo palabras y amenazas, pero el bombardeo al jardín infantil lo hizo recordar los acontecimientos del 2014, cuando él tuvo que huir durante seis meses de Ucrania hacia Colombia con su esposa y sus dos hijas —todas ucranianas.

“Están utilizando artillería pesada, no es que estén disparando con rifles. Eso se entiende como provocaciones, que es todo lo que se necesita para desatar un gran conflicto. Esto es muy preocupante, los muertos los ponemos nosotros”, comentaba angustiado Maldonado dos días antes de que estallara el conflicto. Hoy, él y su familia están a salvo, pero prefiere no hablar sobre el tema por seguridad.

En este sentido, la historiadora ucraniana Alyona Kibets cree que el conflicto y la guerra en Donbás durará mucho tiempo, hasta el punto en que afectará la economía de Ucrania y bloqueará su crecimiento. “Nadie va a querer invertir acá. Tenemos que tener paciencia y entender que nuestro país está en desarrollo”, dice.

Sin embargo, Victoria Bogdanova, traductora y guía turística de Kiev, siente que la situación es muy preocupante, pero que muchos ciudadanos “todavía no entienden o no quieren creer el peligro que hay. La guerra en 2014 fue inesperada, pero ahora es peor porque ya la hemos visto con nuestros propios ojos y sabemos lo que puede llegar a pasar”.

Días atrás, Bogdanova le dijo a Pesquisa Javeriana que en las noticias de su país informaban que mercenarios rusos dispararon al ejército ucraniano en zonas habitadas por civiles. Sobre esto, Rusia culpaba al país vecino, algo que se conoce como “ataques de bandera falsa”, que consiste en acusar al otro de estos actos con el fin de justificar una respuesta bélica.

Justamente esa respuesta es la que, para Agreda, determinaba si había una invasión o no. “Según los rusos, ellos nunca han invadido a nadie. El argumento siempre es que actúan para defender a sus ciudadanos en cualquier parte del mundo”. En ese orden de ideas, decían que no iban a invadir Ucrania, pero como hay ciudadanos rusos en ese país, pueden usar cualquier provocación como excusa para intervenir.

5. ¿Cuál es el papel de los medios de comunicación? ¿Se está exagerando la información?

“Los medios de comunicación rusos son administrados por el gobierno, así que son manipulados como ellos quieran. Por ejemplo, en el bombardeo contra la escuela, el discurso desde Occidente es que el ataque fue perpetrado por rebeldes en contra de un pequeño pueblito en Ucrania. En los medios rusos la noticia fue que los ucranianos atacaron una población rusa. Luego dijeron que había sido una noticia falsa construida por el país vecino. El fin es buscar una excusa para justificar una invasión”, explica el experto.

Frente a esto, Darina Tkachenko explica que es muy difícil obtener información desde el punto de vista ruso porque “allá no hay periodistas, y si hay, son manipulados”.

6. ¿Hay posibilidad de que se usen armas nucleares?
El internacionalista descarta esta alternativa sin pensarlo, pero explica también que nada de esto pasaría si Estados Unidos no hubiera presionado para que Ucrania entregara sus armas nucleares a Rusia.

“Cuando la Unión Soviética se separó surgieron cuatro países como potencias nucleares: Kazajistán, Bielorrusia, Ucrania y Rusia. Esto fue inaceptable para Estados Unidos en el marco del Tratado de No Proliferación Nuclear, así que presionó para que renunciaran a ellas. Por eso estamos en lo que estamos, porque si aún las tuviera, Rusia no se arriesgaría a tener una guerra nuclear con un vecino. Si hay una guerra, será convencional”, explica.

7. ¿Cuáles son los intereses de Estados Unidos sobre Ucrania?
Mantener el orden internacional tal y como está y evitar que Rusia pueda tener una influencia mucho más significativa en otras partes del mundo. “La idea de ellos es usar a Ucrania como un ejemplo de que el statu quo no va a cambiar ni va a ser sometido a los intereses de potencias autoritarias, porque si Rusia logra lo que quiere, que es anexarse a este país, puede que, por ejemplo, China quiera intentar hacer lo mismo con Taiwán”, agrega Agreda.

Esto mismo es lo que buscan varios países miembros de la ONU, como Francia. Es por eso que el presidente Emmanuel Macron pide una solución pacífica al conflicto, además de que las consecuencias económicas y sociales serían mucho más fuertes en Europa y se puede generar una ola migratoria muy grande. Eso y que “el protagonismo electoral le sirve mucho”, apunta el internacionalista.

8. ¿Esto podría ser el inicio de la Tercera Guerra Mundial?
Agreda no lo cree. “Estados Unidos no va a iniciar una guerra con Rusia por defender a Ucrania porque pone en riesgo el uso de armas nucleares, así que no suena muy lógico. Por otro lado, como el país presidido por Zelenski todavía no hace parte de la OTAN, esta organización no está obligada a defenderla”.

Quizá los países bálticos puedan defender este territorio, pues “se sienten amenazados por Rusia”. El problema es que son “países relativamente pequeños con capacidades militares reducidas y no tienen necesariamente el respaldo de la OTAN para atacar (aunque sí para defenderlos), así que, si no tienes ese seguro, lo más probable es que no inicies una guerra que no puedes ganar”, agrega.

El pasado 22 de febrero Joe Biden autorizó el traslado de soldados y equipamiento militar estadounidense hacia Estonia, Letonia y Lituania y aclaró que “son movimientos totalmente defensivos, no tenemos intención de pelear contra Rusia”. Esto significa para Agreda que el propósito de Occidente no es jugar a los intereses que tiene el Kremlin sino confirmar el compromiso de la OTAN con sus socios en caso de amenaza.

9. ¿El conflicto de Rusia y Ucrania afecta a Colombia?
El internacionalista explica que los principales efectos son a nivel económico, pero que no es algo exclusivo de Colombia, sino que aplica a todo el mundo. “Este tipo de inseguridades genera un aumento significativo de precios. Mientras se mantenga la tensión, la tendencia al alza en algunos productos seguiría”, comenta.

Añade que Colombia se puede ver beneficiada al ser un exportador de petróleo, pues el precio del barril superó, por primera vez desde septiembre de 2014, los 100 dólares. “Sin embargo, la incertidumbre no es buena porque limita las inversiones y el consumo”, dice.

Con respecto a la situación geopolítica, asegura que a pesar de que Colombia podría ser declarado como aliado extra de la OTAN, no tendría ninguna obligación de participar en la guerra. “Es completamente voluntario”, puntualiza.

El peor de los escenarios, según Agreda, sería si, por ejemplo, Rusia decide “crear bases militares en Venezuela, Cuba o Nicaragua como respuesta a que Estados Unidos no respeta sus intereses en Estados Independientes como Ucrania. Pero una cosa es lo que dice y otra lo que puede hacer, pues la economía rusa es bastante sensible porque depende de la exportación de materias primas. Si de repente entra en una crisis, la posibilidad de gastar en construir bases militares se reduce”.

10. ¿Cómo es la situación actual en Kiev y Járkov, las dos ciudades más grandes de Ucrania?
Cuando Pesquisa Javeriana habló con Edison Montachana por primera vez el 21 de febrero—un estudiante ecuatoriano de Negocios Internacionales y Diplomacia que lleva más de dos años viviendo en Járkov, ciudad fronteriza con Rusia—había un parte de tranquilidad.

“La semana pasada la modalidad en la universidad era semipresencial, ahora estamos a distancia. De resto, el trabajo, la movilidad y la actitud de la ciudadanía en general no ha variado”, relata Montachana.

Sin embargo, el 24 de febrero lo despertaron unos ruidos a las 5 a.m. (hora de Ucrania). “En ese momento pensé que eran bombas, pero no podía asegurarlo porque no lo pude ver y comprobar por mi cuenta. Al entrar a grupos de Telegram, varios amigos y conocidos habían compartido los videos de los ataques. El conflicto se acercó a la provincia donde estoy ahora”, dice y asegura que aún no sabe si se mudará lejos de la frontera o si buscará la manera de regresar a su país.

Por su parte, Darina Tkachenko, quien vive en Kiev, cree que la clave está en no dejarse llevar por el pánico. La primera vez que Pesquisa habló con ella, el 18 de febrero, decía que si atacaban a la capital, que está en el medio, quería decir “que ya es una guerra abierta que afecta a todo el país”.

Ahora que es una realidad, Tkachenko comparte información sobre la situación de su ciudad a través de transmisiones en vivo en sus redes sociales con el fin de generar calma a quienes la ven.

Según lo que comenta y muestra en el video de su recorrido por Kiev, los habitantes de la capital procuran mantenerse serenos. El aeropuerto, muchas casas de cambio y algunos bancos están cerrados, pero el transporte público, los supermercados, las ferreterías y hasta las tiendas de cerveza siguen en funcionamiento.

Una vez más pide que no pierdan la calma y que estén atentos a las señales, que tengan una maleta con implementos básicos y que, en caso de ser necesario, busquen refugio. “El metro subterráneo es una buena alternativa”, puntualiza Tkachenko y explica que en la ciudad hay varios lugares adaptados para esconderse en caso de amenaza. Así mismo, explica que si hay cortes de agua, en todos los barrios hay fuentes que proveen de este preciado líquido.

“Debemos mantener la calma. Esto puede durar días o meses, no sabemos, pero todo el mundo se está levantando para hacer que esto pare”, finalizaTkachenko.

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