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Crisis en Ucrania


La creciente tensión entre Rusia y los países de occidente por una posible invasión a Ucrania tiene en vilo al mercado energético, especialmente del petróleo y el gas

“El objetivo de las sanciones es Putin, no el pueblo ruso”: embajador Gilles Bertrand

jueves, 31 de marzo de 2022

El embajador de la UE en Colombia explicó por qué otros países como Colombia pueden llegar a ser socios con el hidrógeno verde

Uno de los escenarios más negativos para Rusia muestra que por cuenta de las sanciones que llegaron desde Occidente, como resultado de la invasión a Ucrania, su economía se puede contraer hasta 10%, según estiman en Wall Street.

Y es que hoy en día es el país con más vetos por parte de la comunidad internacional. Con más de 6.400 restricciones aprobadas en el papel, la economía del Kremlin está más cercada que incluso las de regímenes como el de Corea del Norte, Irán o Siria.

Por esto, el embajador de la Unión Europea en Colombia, Gilles Bertrand, destacó en Inside LR que el objetivo de esas medidas no son las personas de a píe, sino ser contrapeso para Vladímir Putin. Igualmente, Rusia no es el único afectado, porque detrás de las sanciones hay más de un millar de empresas de Occidente que dejarán de producir ingresos en ese país, llevando a una desaceleración global de entre 1,5% y hasta más de 3% según organismos como el Banco Mundial, la Ocde o la ONU.

Pero en medio del conflicto y la dependencias de petróleo y gas ruso que tiene Europa, ese continente ya empezó a buscar a sus nuevos socios proveedores para el mediano y largo plazo en el que clasifica Colombia.

LOS CONTRASTES

  • Juan Ricardo Ramírez Analista de seguridad de la U. Javeriana

    “Las sanciones hasta ahora han presentado un efecto económico sin precedentes, como el congelamiento de la mitad de las reservas rusas, pero aún no ahogan a Putin”.

Los rusos no estaban muy “occidentalizados” como para sentir las sanciones más que Vladímir Putin?

El pueblo ruso no es el enemigo de la Unión Europea, no pensamos que apoye ciegamente lo que hace Putin, sabemos que ellos no están informados de lo que pasa. Los rusos que hablan inglés, que tienen acceso a medios internacionales saben un poco más, pero los que solo hablan ruso están con lo que escuchan, lejos de la realidad de la guerra que empezó y no con los crímenes de su Ejército.

Por ser unas sanciones tan masivas pueden tener consecuencias en el pueblo ruso, pero el objetivo es Putin, la presión económica y que cambie lo más rápido posible esta dinámica; no es contra el señor o el niño que comen en Mc Donald’s, con ellos no tenemos problemas.

¿Podría pasar que los rusos se levanten contra el Kremlin por las consecuencias con ellos?

Es una mezcla de cosas, pero obviamente Rusia en los últimos años, esa clase media que está en Moscú o ciudades grandes tienen costumbres de consumo que son más occidentales, luego un vínculo directo con no tenerlo puede ser incómodo. El objetivo es limitar la posibilidad económica de actuar de Putin, el Ejército y el estado ruso, que en su mayoría no vive en condiciones económicas buenas.

El presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, dice que las medidas no son suficientes, ¿Para la UE sí resultan efectivas?

La lógica de las sanciones no es dañar con indiferencia al pueblo ruso, es poner presión para que Rusia cambie la postura de agresión unilateral que ha adoptado en Ucrania. Si mañana se detiene la ofensiva hay sanciones que se pueden revertir. Lo que hemos hecho es que a causa de la violencia, los crímenes humanitarios y de guerra, tenemos el paquete masivo que nunca antes había adoptado la UE.

Tenemos una lista de casi 900 personas que están en estos efectos de sanciones (los oligarcas), y luego con lo que hemos hecho por reducir el comercio, transporte aéreo, mercados financieros y pagos internacionales, el mensaje es realmente complicado. Es encarecer el proceso de la guerra en el que se metió Putin, nuestra idea es poner presión para que eso se detenga.

Tenemos sanciones y un lenguaje de un continente que se siente atacado en ese sentido, pero somos una construcción de paz, nuestras sanciones no están allá para durar sino cambiar una dinámica peligrosa. Buscamos volver a un proceso normal de convivencia entre naciones. Lastimosamente es un conflicto que podría escalar, aumentar en intensidad y ahí, si esto pasa, habrán nuevas sanciones. Si llega un momento cuando hay negociaciones y elementos de progreso visible en el terreno, en Ucrania misma vendrá el tiempo de sacar unas de esas sanciones y al menos reducir la presión.

¿Cuánto tiempo cree que le tomarán a las sanciones de Occidente poner en jaque a la economía rusa?

No depende de nosotros, no fuimos quienes empezamos la ofensiva, queda claro que las sanciones se renovarán, cada seis meses o cada año, la lógica es que cada 12 meses no solo con Rusia se revise la situación. Por el momento, con la situación en el terreno veremos cómo se adaptan las medidas.

¿De concretarse una solución en los diálogos que propicien un alto al fuego, se eliminarán las sanciones en qué margen de tiempo?

Una ofensiva de este tamaño, no es algo que se puede borrar en dos meses, o que volvamos a como estábamos antes, de esto somos plenamente consientes, depende de la capacidad de Rusia, Ucrania y el mundo en general, de tomar pasos para garantizar cualquier acuerdo.

Si hay progreso concreto en la situación de Ucrania, nosotros reaccionaremos, un régimen de sanciones se puede detener, pero solo si cambia la situación en el terreno. Es muy fácil empezar una guerra, pero es más lento salir del conflicto.

¿Cuál es el Plan B para frenar la dependencia de gas ruso?

Todos somos conscientes de esta dependencia, pero una interdependencia del gas significa unos recursos para Rusia; la decisión de EE.UU. y Reino Unido de dejar de aceptar petróleo ruso los pone en una perspectiva diferente a la situación de algunos de nuestros estados.

¿Cómo ha avanzado el grupo de trabajo en conjunto con EE.UU. para reducir la dependencia del gas ruso?

Estamos considerando ver si es posible obtener más recursos de gas natural líquido desde EE.UU. es algo que estamos explorando, eso ocurre en un contexto en el que ya hacíamos esfuerzos mayores para pasar a energías renovables, esto es en el corto plazo frenar dependencia de energías fósiles.

Pero la otra dimensión es trabajar con todos nuestros socios para acelerar la transición verde, eso de hecho incluye a países como Colombia, que además de ser potenciales en petróleo pueden ser socios cercanos en hidrógeno verde; toma más tiempo pero es la dirección del futuro.

¿Pero es una medida para mediano o largo plazo?

Queda claro que en el corto plazo necesitamos más fuentes de petróleo y gas, al igual que en el mediano y largo plazo requerimos de pasar a energías verdes. En esta primera parte hablamos con todos los socios potenciales para ver cómo cambiar el balance de proveedores.

Cada país miembro tiene su política energética pero trabajamos todos juntos para tener una estrategia coherente y que sea la de los 27 estados miembros y no estrategias nacionales distintas.

¿Estaban listos para el éxodo de migrantes desplazados de Ucrania por el continente?

Preparados para que 4 millones de personas lleguen súbitamente al territorio de la Unión Europea, no. Vemos una organización efectiva especialmente por países de la primera línea como Polonia, República Checa o Rumania. También diría afuera de Europa, porque tenemos esta iniciativa conjunta, para organizar una conferencia de donantes el 8 de abril, y en redes. Los símbolos de solidaridad que se muestran en la frontera son impresionantes. Para muchos ver la guerra tan cerca de las fronteras de la UE es un shock pero que nos hace abrir los ojos a los ciudadanos ucranianos que llegan.

¿En términos económicos puede perder la UE tanto como Rusia?

El problema que tenemos es que lo que ocurre amenaza la estabilidad continental, esto no puede ser que a la fuerza y con una brutalidad que no se veía desde la Segunda Guerra Mundial, se cambien las fronteras o fuerzas de equilibrio, es un mensaje devastador para el mundo.

EL PERFIL

El embajador Bertrand es originario de Marsella, Francia, y estudió administración de empresas y ciencias políticas. Cuenta con más de 20 años de experiencia en las instituciones de la Unión Europea, especialmente en política exterior y cooperación internacional. Trabajó particularmente en asuntos de Relaciones Exteriores, con especialización en los países vecinos de la Unión Europea y el mundo árabe-musulmán. Hizo parte del equipo de la Delegación de la UE en Afganistán, se encargó de las relaciones con Sri Lanka y fue miembro del gabinete del Comisario Europeo encargado de la Política de Ampliación y Vecindad de la Unión Europea.

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