MI SELECCIÓN DE NOTICIAS
Noticias personalizadas, de acuerdo a sus temas de interés
La creciente tensión entre Rusia y los países de occidente por una posible invasión a Ucrania tiene en vilo al mercado energético, especialmente del petróleo y el gas
El portavoz ruso Dmitry Peskov dijo que nadie hablaba de ocupar el país y que era "inaceptable" describir asi la operación militar
El Kremlin dijo el jueves que la duración de la operación militar rusa en Ucrania dependía de su desarrollo y de sus objetivos, y que lo ideal era que el asalto limpie el país de "nazis" y "neutralice" el potencial militar de Kiev.
En una conferencia telefónica con periodistas, el portavoz del Kremlin, Dmitry Peskov, dijo que nadie hablaba de ocupar Ucrania y que era "inaceptable" utilizar esa palabra para describir en el contexto de la operación rusa.
Cuando se le pidió que evaluara el riesgo de que Rusia fuera puesta detrás de un telón de acero debido a sus acciones en Ucrania, Peskov, dijo: "Es simplemente imposible aislar a un país como Rusia con un telón de acero".
Lo anterior luego de que el presidente ruso, Vladimir Putin, autorizara en la madrugada del jueves una operación militar especial en la región ucraniana de Donbás y dijera a los militares ucranianos que depusieran las armas y se fueran a casa.
En un discurso especial televisado por la televisión estatal rusa, Putin dijo que a Rusia no le ha quedado más remedio que defenderse de lo que, según él, son amenazas procedentes de la Ucrania moderna.
El alcance de la operación militar rusa no estaba inmediatamente claro. Un reportero de Reuters en Kiev, la capital ucraniana, escuchó explosiones que parecían bombardeos de artillería en la distancia.
El Diario Oficial de la UE publicó este viernes el veto al petróleo procedente de Rusia que a principios de esta semana acordaron los jefes de Estado y de Gobierno de todos los países miembros
El multimillonario George Soros advirtió que la invasión de Rusia a Ucrania ha sacudido a Europa y podría ser el comienzo de otra guerra mundial
Se trata de las medidas económicas de respuesta contra el Kremlin más duras desde el inicio de la invasión rusa de Ucrania