Movilidad sostenible, más allá de un corrientazo

Saber que Colombia encabezó la lista de venta de vehículos eléctricos en América Latina es una noticia que, además de alegrarnos, debe llevarnos a generar las acciones necesarias para darle un impulso decisivo a la movilidad eléctrica.

El evidente crecimiento en el uso de este tipo de vehículos demuestra que es necesario acelerar iniciativas en materia regulatoria, de infraestructura e incluso relacionadas con el precio de los vehículos.

En 2019 se registraron 923 nuevos vehículos eléctricos, 442 híbridos enchufables y 2.314 motos eléctricas. Sin bien la mayoría de vehículos eléctricos que han ingresado a nuestro parque automotor corresponden a particulares, 2019 marcó el inicio de la electromovilidad en los buses de servicio público en las principales ciudades de Colombia, un segmento fundamental para mejorar la calidad del aire urbano.

Sin embargo, si queremos alcanzar la meta planteada por el Gobierno Nacional, de llegar a 600.000 vehículos con esta tecnología en 2030, debemos ser sostenibles y disciplinados en los esfuerzos que ya se están adelantando, (como la generación de incentivos fiscales y de movilidad).

Uno de los grandes retos que tiene Colombia para avanzar en la masificación de los vehículos eléctricos es el desarrollo de las estaciones de carga (electrolineras) en las rutas nacionales para atender la creciente demanda y necesidades de movilización de los usuarios de estas tecnologías a lo largo y ancho del país.

En este último aspecto hemos presenciando importantes avances, como el lanzamiento de la estrategia de movilidad eléctrica de la Organización Terpel. Con este proyecto, la compañía de distribución de combustibles busca ubicarse a la vanguardia para interconectar al país con estaciones de recarga que permitan la “desurbanización” del vehículo eléctrico e incentiven su masificación.

Como gran noticia para 2020, la compañía anunció que hacia marzo inaugurará su primera troncal interconectada en el país, con una red de seis estaciones de recarga, entre Bogotá y Medellín. Esta ruta permitirá a los usuarios de vehículos eléctricos viajar entre estas dos ciudades capitales. Este, con seguridad, es tan solo el primero de muchos proyectos que se implementarán en toda Colombia.

Y es que para lograr la consolidación de la movilidad eléctrica en el país es necesario que desde el sector público se avance de manera decidida en mayores medidas que incentiven a los usuarios a comprar este tipo de vehículos. Hoy, su valor de venta llega a ser cinco veces mayor que el de los autos convencionales, lo cual convierte al factor precio en una importante barrera para que la masificación de la electromovilidad sea una realidad en Colombia.

También es necesario que desde el sector privado se promuevan iniciativas que permitan dinamizar la industria relacionada con la movilidad eléctrica. El liderazgo y la apuesta de Terpel son ejemplo de cómo las empresas pueden contribuir a impulsar este nuevo segmento.

Avanzar en la consolidación de los eléctricos e híbridos en Colombia sin duda requiere el compromiso y trabajo articulado entre el sector empresarial y el Gobierno Nacional, para seguir liderando la movilidad eléctrica en América Latina y sumando a más colombianos a la era de la nueva movilidad.