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Mientras que en Bogotá la mitad de los capitalinos tarda más de hora y media en movilizarse, 27% de los habitantes de Buenos Aires se gasta el mismo lapso y en Sao Paulo, 40 de cada 100.
Esto se traduce en una menor productividad para la capital colombiana y se convierte en uno de los aspectos que le está restando competitividad.
Así lo revela el más reciente estudio del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), “Megaciudades e Infraestructura en América Latina: lo que piensa su gente”.
En este se incluyen a Buenos Aires, Ciudad de México y Sao Paulo, urbes que se identifican como megaciudades por superar los 10 millones de habitantes, y a Bogotá y Lima que están a punto de llegar a esta población. En la encuesta se consultaron a 5.000 personas en cada una de las ciudades.
“La consecuencia de esto es el impacto sobre la productividad y la calidad de vida. Mientras la gente está viajando tienen menos tiempo para trabajar, acceder a un centro de salud o utilizarlo en esparcimiento”, explica Tomas Serebrisky, uno de los investigadores del estudio del BID.
Estos datos resultan preocupantes teniendo en cuenta que Bogotá representa la cuarta parte dentro del Producto Interno Bruto Nacional (PIB). Si bien la capital lidera los rankings de competitividad, como el del Consejo Privado de Competitividad (CPC), hay debilidades que no le permiten avanzar, como la mala infraestructura vial.
Según, Natalia Escobar, coordinadora de la Red de Ciudades Cómo Vamos, los bogotanos sienten que cada año aumenta la proporción del tiempo que se demoran en desplazarse, esto hace que los ciudadanos sean más críticos para percibir a la capital. “Bogotá está calificada como una de las ciudades más malas para vivir”.
Cuando en Tokio, la capital de Japón, los carros se movilizan a 26 kilómetros por hora (Km/h), en la de Colombia lo hacen a 23,67 Km/h, según cifras del estudio “Sistema de Ciudades” del Banco Mundial y el Departamento Nacional de Planeación.
Esto es un reflejo de la crisis que vive la ciudad en materia de movilidad y por lo que, Rafael Pardo, alcalde encargado, ha tenido que tomar medidas como agilizar la construcción de la Avenida Longitudinal de Occidente (ALO) y la construcción y rehabilitación de las principales troncales de Transmilenio.
Según el BID, unos 28,1 millones de habitantes viajan en promedio más de hora y media en las cinco ciudades encuestadas, esto equivale a 10 semanas laborales al año por persona.
Por otro lado, las respuestas obtenidas en la encuesta de percepción del BID dejan ver cómo los temas de seguridad y transparencia son prioridad en las cinco megaciudades. Particularmente en Bogotá, una de cada dos personas ha sido víctima de un delito, según los estudios de Seguridad de la Cámara de Comercio de Bogotá.
El experto en seguridad ciudadana, Hugo Acero, explica que la tasa de hurto en Bogotá es actualmente de 47 personas robadas por cada 100 ciudadanos, y hace dos años la cifra era de 20 habitantes por cada 100. “Uno puede destacar como logros recientes la reducción de los homicidios, pero los hurtos han aumentado de manera considerable”.
La coordinadora de la Red Cómo Vamos piensa que la caída de la percepción de seguridad de los capitalinos se debe a la falta de confianza en las instituciones, puesto que los ciudadanos no interponen denuncias porque piensan que estas no trascenderán en acciones.
La encuesta del BID también permite conocer la percepción de los usuarios en cuanto a los servicios de infraestructura que afectan la calidad de vida de los ciudadanos como son la energía eléctrica y el agua. Para los encuestados, la calidad en la prestación es alta, sin embargo, consideran que los servicios son costosos.
Por ejemplo, solo 4% de los bogotanos dijo haber tenido todos los meses o semanas cortes de energía, pero 63% consideró que el servicio eléctrico es costoso.
Por su parte, la última encuesta realizada por el Departamento Administrativo Nacional de Estadística (Dane) de calidad de vida muestra que Bogotá es la ciudad en donde los niños menos permanecen con sus padres (37,0%), hay mayores tasas de afiliación a seguridad social y los adultos tienen la mayor percepción sobre la capacidad que tienen los ingresos para cubrir los gastos mínimos del hogar.
Según el informe, uno de cada 17 habitantes, de las 5 megaciudades del informe, piensa que la energía eléctrica es una prioridad. Los de la clase media y baja son los que más priorizan el servicio, en comparación con los estratos más altos.
Carlos Guillermo Álvarez, exmiembro de la Junta Directiva de la Empresa de Servicios Públicos de Medellín (EPM) y experto en energía, considera que es correcta la percepción de los encuestados en cuanto a costo del servicio de electricidad. “Esto afecta la competitividad industrial, porque si alguien quiere establecer una planta preferirá hacerlo en Estados Unidos, donde los costos de energía son menores”.
En cuanto al servicio de agua, 2% de los encuestados en la capital de Colombia consideró que era malo o muy malo y 34% de estos aseguró que el agua no es costosa.
Cambios climáticos con más frecuencia
En la encuesta del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) sobre percepción en las megaciudades se muestra que 86% de los bogotanos considera que los eventos climáticos extremos ocurren con más frecuencia, 12% con igual número de veces y solo 4% piensa que con menos regularidad. Según Tomas Serebrisky, uno de los investigadores del estudio, el cambio climático es uno de los mayores desafíos de la ciudad. Los sucesos de este tipo “ya no son una agenda interpuesta por el Gobierno” o los medios sino que son un tema que está presente en la afectación directa de los ciudadanos.
Las opiniones
Natalia Escobar
Coordinadora de la Red de Ciudades Cómo Vamos
“Los ciudadanos se vuelven cada vez más críticos con la capital. Bogotá está calificada como una de la ciudades más malas para vivir”.
Carlos Guillermo Álvarez
Experto en Energía
“Si alguien quiere establecer una planta preferiría hacerlo en Estados Unidos, donde los costos de energía son menores que en Bogotá”.
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