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El informe mostró que Bogotá es una ciudad más optimista que hace tres años, cuando se hizo el último informe de este tipo, y que la mayoría de los 7,7 millones de habitantes son mujeres (51,6% del total).
Según los resultados del estudio, contratado al Dane, aumentó el porcentaje de los hogares que consideraban que sus condiciones mejoraron en los últimos cinco años. Mientras en 2011, 51,2% contestó afirmativamente, la cifra subió 3,2 puntos porcentuales en 2014. “Esto implica que 205.641 hogares se sienten en mejores condiciones. Esto es satisfactorio”, resaltó Gerardo Ardila, secretario de Planeación cuando revelaron los resultados.
José Stalin Rojas, director del Observatorio de Logística, Movilidad y Territorio de la Universidad Nacional, explicó que este optimismo también le nace una explicación cuando se cruzan con los resultados de la disminución del desempleo a menos de dos dígitos. “La capacidad adquisitiva de los hogares ha aumentado, porque el empleo se ha conservado. Sin embargo, esa estabilidad en los hogares a veces es permeada por las coyunturas políticas del momento”, dijo el analista. El escáner que se le realizó a la capital del país muestra que, en los últimos tres años, los bogotanos viven especialmente en arriendo. Del total de los ciudadanos, 46,8% habitan en este tipo de vivienda y 39,9% lo hace en casa propia.
Este último dato, el de las personas cuya vivienda es propia y la tienen totalmente pagada, se redujo de 40,3% (en 2011) a 39,9%. En el hogar, a pesar de que los hombres siguen siendo considerados como los jefes del mismo, la percepción se ha reducido y cada vez hay más mujeres liderando las casas. Esto se debe, según el informe, a que 12% de los hogares están conformados por madres solteras. “Hay un aumento lento pero persistente de la jefatura femenina y una disminución continuada de la masculina. Creo que ninguno de los dos datos son asombrosos, pero es constante el equilibrio de jefaturas entre hogares”, explicó Ardila.
La encuesta reveló que Transmilenio sigue siendo el principal medio de transporte de los bogotanos cuando van a trabajar. Además, mostró un descenso en el uso de los buses tradicionales: 30% de las personas viajan en los buses rojos, mientras que los colectivos disminuyeron de 45% a 27%. “El transporte colectivo debe disminuir a medida de que avance la implementación del Sitp. Esa es la explicación en ese sentido”, aseguró Rojas.
El analista en movilidad y exgerente de Transmilenio Fernando Rey añadió que también hay que tener en cuenta que los planes de chatarrización continúan, “a pesar de que no ha sido en la velocidad deseable”, se ha mantenido el propósito de que con su consolidación, el Sitp será el proyecto de transporte que “esperaba la ciudad”.
La opinión
José Stalin Rojas
Observatorio de logística, movilidad y territorio
“Se debe avanzar en la movilidad urbana sostenible y hay adelantos en esa parte. La infraestructura tiene que andar al ritmo de la gente”.
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Según la Andi, una jornada de esta magnitud tendría un impacto semanal de $85.000. Fenalco expresó que sectores como turismo y comercio serían los afectados
