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La crisis por la que atraviesa el sector cafetero a encendido el debate nacional sobre la viabilidad de que en el país se siembre robustas para hacerle frente a la caída dramática de la productividad de los cultivos del grano arábico que, en contraste con los altos costos de producción, pone en riesgo los ingresos de las 550.000 familias cafeteras.
Esta opción tiene opiniones divididas. Por un lado está la posición radical del gerente de la Federación Nacional de Cafeteros, Luis Genaro Muñoz, quien se niega a la cosecha de variedades diferentes a la arábica, al afirmar que “somos tradicionalmente un país de arábicas suaves, cafés de altura con nichos de valor agregado”.
Y por otro, están los defensores de esta medida planteada por técnicos y académicos. De hecho el Banco de la República, a través de un informe, advirtió sobre el futuro promisorio de la siembra de robustas en la zona oriental y el creciente mercado de países compradores. “Dependiendo de un solo tipo de café y restringidos en los canales de comercialización, los actores del negocio pierden margen de maniobra, posibilidades de acción y fuentes de compensación, para hacer frente a la volatilidad propia de los precios externos e internos, condicionados también por la tasa de cambio”, señala el informe.
En ese orden de ideas, para expertos consultados por LR, llegó la hora de que la Federación deje a un lado la obsesión con la calidad y abra su espectro de posibilidades comerciales que se traduciría en una verdadera adhesión del sector al nuevo esquema mundial de libre comercio.
De acuerdo con Jorge Humberto Botero, expresidente de Asoexport, la Federación mantiene equivocadamente la idea de una calidad piso que solo se da con el café suave. “Uno de los grandes errores de la institución, es la obsesión por el precio que no dejó ver que la variable fundamental es el margen, es decir lo que al cafetero le queda en el bolsillo”, señaló.
Botero puso como ejemplo el caso de Brasil, país que le ofrece al mundo cafés robustas y arábicos en distintas calidades. Eduardo Sarmiento, director económico de la Escuela de Ingeniería Julio Garavito, agregó que es necesario modificar las actuales estructuras productivas del café, debido al incremento significativo en los costos de producción de arábicas con relación a las robustas.
Negociaciones con cafeteros
Al cierre de esta edición, los cafeteros y el Gobierno seguían negociando el pliego de peticiones para levantar el paro. En los acercamientos se planteó la posibilidad de establecer un punto intermedio, con una especie de piso y techo en el precio entre lo que piden los cafeteros y la capacidad fiscal del Estado. El ministro de Trabajo, Rafael Pardo, puso sobre la mesa que los cafeteros deben cumplir con la seguridad y protección a la vejez de los recolectores.
Protesta le pasa factura a otros sectores
La protesta cafetera a puesto en jaque el desarrollo comercial de sectores como el avícola, lácteo y porcícola que registran pérdidas que ascienden a los $10.000 millones. El bloqueo en las vías mantiene represados los animales y alimentos en las fincas y ha propiciado el incremento de la entrada de productos de contrabando provenientes de Venezuela y Ecuador en las zonas fronterizas. En este sentido, el Gobierno Nacional volvió a hacer un llamado a los cafeteros para que desbloqueen las vías y no obstruyan el paso de misiones médicas.
Las opiniones
Eduardo Sarmiento
Director de investigaciones económicas de la escuela Julio Garavito
“Es necesaria la modificación de la estructura de producción del café, dada la nueva dinámica de competitividad mundial. La calidad no se puede convertir en una obsesión de la Federación”.
Jorge Humberto Botero
Expresidente de Asoexport
“Uno de los grandes errores de la Federación, entre muchos otros, es la obsesión por el precio que no les dejó ver que la variable fundamental es el margen”.
Uno de los representantes que citó a la corporación, Hernando González, señaló que el Gobierno debe brindar explicaciones por "dejar a más de 200.000 usuarios a la deriva"
La mayor parte del presupuesto, aproximadamente $20.3 billones, será destinada a actividades de producción y transporte
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