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El fundador de empresas como Cine Colombia, soñó con conectar los antioqueños con el mundo a través de la Carretera al Mar
A mediados de la década de 1920, se daba la primera palada en Robledo para empezar una de las obras más importantes para los antioqueños: la Vía al Mar. Este proyecto tenía la ambición de conectar a Antioquia con el mundo, permitiendo a sus municipios tener un canal directo con el Atlántico.
Fueron alrededor de tres décadas lo que se demoraron aquellos visionarios, en conectar a Antioquia con el occidente del país. Solo hasta 1956, cuando fue inaugurada la vía, Aburrá salió a la luz del mundo.
Detrás de esta obra insignia, que hoy fue abandonada por otros megaproyectos como los 4G, estuvo un empresario, cosmopólita y promotor del progreso antioqueño: Gonzalo Mejía Trujillo. No solo trajo a Colombia el cine, contribuyó al desarrolló de la aviación y la urbanización. Además, ideó nuevas formas de transporte en la capital de Antioquia.
“Don Gonzalo fue un hombre visionario, sensible a las artes, generoso con su tiempo y sus recursos, que entendió la importancia de los medios de transporte para impulsar el progreso de su región y del país. Entre sus obras más destacadas se encuentran la construcción de la pista aérea Enrique Olaya Herrera, el Edificio Gonzalo Mejía, la sede el Teatro Junín, entre otros”, dice en un texto la Cámara de Comercio de Medellín para Antioquia.
"Mi abuelo era un hombre increíble, tenía la oportunidad de viajar mucho y conocer gente de mucha influencia, pero siempre lo que él veía es que ese invento podría traerse a Colombia. Él pensó que el río Magdalena debería ser una vía que hiciera competitiva a Colombia en el transporte de carga y mercancía", explicó a la Cámara de Comercio de Medellín Alicia Mejía, nieta del empresario.
Mejía explicó que, para desarrollar la Vía al Mar, "todas las amigas de la sociedad de Medellín le entregaron joyas para que financiara algo que necesitaba, era un hombre que estaba convencido de que soñar pagaba".
De hecho, hay registro de un aporte de la Recolección que recibió Don Gonzalo Mejía para la construcción de la la Vía al Mar, con aproximadamente 250 castellanos de oro, que son 1.150 gramos que hoy valen aproximadamente $322.575 millones.
Aunque fue una carretera insignia para los antioqueños, su abandono fue notorio por troncales como la Autopista al Mar 1 y la Autopista al Mar 2.
Los estrechos caminos que conducían por San Cristóbal, las partidas de San Pedro, el Boquerón, Ebéjico, San Jerónimo, Sopetrán, Giraldo y Buriticá, pasaron a un segundo plano, para darle más protagonismo a proyectos más grandes como las vías 4G en Antioquia.
En el caso de la Autopista al Mar 1, la cual tiene cuatro unidades funcionales, y la vía está con el desarrollo de 100%, hay tramos que hacían parte de la visión de Mejía, como el Túnel de Occidente - San Jerónimo, San Jerónimo - Cañas Gordas, Túnel de Occidente Conexión Aburrá - Cauca, y Peñalista - Santa Fé de Antioquia.
Casi un siglo después desde que Mejía soñó con conectar a los antioqueños con el mar Caribe, el proyecto de la Autopista al Mar 2 está a punto de concluir, con un avance de 97,65% de la ejecución. Aunque la obra inicial está en abandono, fue clave para el desarrollo de uno de los enclaves productivos más grandes del país.
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Hay cinco estaciones troncales para atender a los pasajeros frecuentes: Museo Nacional, Centro Memoria, San Diego, calle 34 y calle 22
El nivel de los embalses continúa crítico. A nivel nacional, se registró en 33,03%, mientras que en la capital se ubicó en 17,14%
