MI SELECCIÓN DE NOTICIAS
Noticias personalizadas, de acuerdo a sus temas de interés
Producción cafetera colombiana
Previsión de la Federación Nacional de Cafeteros implicaría un crecimiento de hasta 8% al fin del temporada cafetera (abril-junio)
El primer trimestre del año mostró cifras de producción cafeteras que son alentadoras para la Federación y que la han animado a dar una previsión sobre la cosecha del fin del año cafetero, hasta 15 millones de sacos en septiembre.
Hasta marzo de este año, la producción mensual alcanzó 3,78 millones de sacos y la anual fue de 14,9 millones, datos que reflejan un alza de 36% y 31% respectivamente y que dan pie a alcanzar una producción récord.
La previsión de la Federación Nacional de Cafeteros implicaría un crecimiento de hasta 8% al fin del temporada cafetera (entre abril y junio). "Al final de la temporada cafetera se podrían ver incrementos de entre 5% y 8% y esperamos que al final del año cafetero, en septiembre, alcancemos los 15 millones de sacos", dijo el gerente general de la FNC, Germán Bahamón.
Pese al choque arancelario producido por el Gobierno de Estados Unidos a inicios de mes, Bahamón no descarta a este mercado en tanto que se constituye como el principal destino de las exportaciones del café, "20% del café consumido en EE.UU. es de origen colombiano", señaló.
En ese sentido, hizo un llamado a la diplomacia en las relaciones futuras con Estados Unidos para que el intercambio comercial no se vea más deteriorado. "No debemos tratar de ser los que manejan las relaciones de dos países, es un tema de la Cancillería. Pero hacemos un llamado a manejar las relaciones con la mayor diplomacia posible", apuntó el gerente de la Federación.
La importancia del mercado norteamericano se evidencia en el posicionamiento de ventas cafeteras externas a dicho territorio. Estados Unidos es, con corte en febrero de este año, el mercado más representativo con 494.187 sacos, seguido de Alemania con 90.084 sacos y Bélgica con 86.630.
Bahamón es cauteloso frente al destino de las negociaciones arancelarias con Estados Unidos. Sin embargo resalta que "la calidad del café colombiano es lo que nos dará la competitividad" frente a países como Brasil, Honduras y Vietnam, que asumiría un arancel de 47%.
Aunque el suspenso por el destino comercial de ambos países sigue latente, el Gobierno ya adelanta visitas a los mercados europeos de cara a abrir nuevas oportunidades para el café.
César Pachón, director de la Agencia de Desarrollo Rural comentó el pasado lunes que una delegación adelanta visitas en Finlandia, Eslovaquia, Austria y Hungría de cara a visibilizar la micro y macro producción colombiana en Europa.
Pachón destacó que Eslovaquia es uno de los mercados en los que han puesto la lupa en tanto que abriría las puertas a la agroindustrialización del café colombiano. Las oportunidades que abriría procesar el café en Europa radican en el arancel que dejarían de asumir estas exportaciones. Exportar el grano verde, sin procesar, implicaría que no habría un arancel en la entrada a los mercados europeos.
"Es un país donde se puede establecer la agroindustria en Europa, para llevar el grano verde de las organizaciones cafeteras, tostarlo y molerlo allá. Con eso, 45% del arancel queda en el bolsillo de los productores colombianos y no quede en el bolsillo de los europeos", dijo el director de la ADR.
El director de la ADR resaltó que 80% del café producido lo compran las compañías multinacionales mientras que 20% lo hace la Federación. Agregó que el valor agregado queda en las empresas del exterior porque exportan el grano desde Colombia y lo procesan en países como Reino Unido, por lo que la industrialización en Europa plantearía nuevos resultados para los productores.
La tasa de desempleo en las 23 ciudades de la muestra disminuyó y se ubicó en 9,2%, pero en otras cabeceras y en el área rural se situó en 9,7%
Tras 13 años de la firma del Tratado de Libre Comercio, María Claudia Lacouture, presidente de AmCham, dijo que el acuerdo abrió las puertas con todos los Estados de la Unión
Para el gremio las preocupaciones radican en la capacidad que tiene Colombia de mantener su industria, el empleo y la producción