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El funcionario criticó las movidas de aquellas multinacionales que buscan estar en países según un menor nivel de fiscalización
Después de su paso por Davos, el ministro de Hacienda, José Antonio Ocampo, se dirigió hoy a varios embajadores en las Naciones Unidas para ahondar sobre su perspectiva de lo que viene frente a la crisis de deuda y materias primas.
Estos problemas, según el ministro, si bien afectan a todo el mundo, tienen en su foco a las economías en desarrollo y las emergentes. "No hace falta ir muy lejos. Los países que más se vieron afectados en la crisis de 1980 por la libre fluctuación de débitos fueron los latinoamericanos", dijo.
Buscar una mejora en la cooperación tributaria internacional y limitar esa competencia, dijo Ocampo, son solo unas de las medidas que se deberían adelantar para construir la economía del futuro más estable y sostenible.
"Las multinacionales deben pagar una tributación justa y no andar de país en país buscando cuál da más beneficios". Para ello, los países deben dejar de estar buscando recursos extras allí y concentrarse en mantener sus ciclos económicos en orden.
Para ello, los bancos multilaterales deben proveer esa financiación contracíclica, en la medida que la asistencia oficial para el desarrollo "permanezca muy activa con marcos institucionales permanentes que vuelvan a negociar la deuda del sector público como sucede actualmente", dijo.
La enfermedad holandesa, instó, no puede estar mejor representada que en Suramérica. El peso de la fábrica, que se traduce principalmente en manufactura, sigue en los mismos niveles que en los 60 y los 70, cuando estas alcanzaron su punto máximo en el continente, que hoy, depende mayoritariamente de la exportación de bienes primarios.
Hoy el panorama es otro según el ministro. "Los servicios de alto valor agregado están relegando a la manufactura y la revolución de las TIC está superando a la industrial y por eso es que la vemos presente en el corazón de las experiencias recientes exitosas", dijo.
Para Colombia, agregó, se está buscando que las políticas estén guiadas no para la industria -"que no es más que la manufactura"-, sino para la producción, en las que todo el desarrollo debe estar asociado a nuevas tecnologías, "como las biológicas, para la agricultura y tratamientos médicos".
Medidas que se deben adelantar en cada país con un traslado de tecnología y conocimiento más rápido que el que existe actualmente, pues todo el comercio se ha desacelerado desde la crisis de 2008. "Las cadenas de valor después del covid-19 y ahora proteccionismo entre China y EE.UU. amenazan patrones que ya existían en el comercio".
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