El país tardará en sanar del ‘resfriado holandés’

Según la definición de Icecomex, de la universidad Icesi, “el término Enfermedad Holandesa hace referencia a una situación que consiste en un aumento significativo de los ingresos del país, atribuidos al descubrimiento de un recurso no renovable”. Este fenómeno, según el instituto, trae el problema de una marcada apreciación de la moneda nacional, perjudicando sustancialmente la competitividad de las exportaciones de otros bienes.

En el caso colombiano, mucho se ha discutido si el país vivió una Enfermedad Holandesa, y a finales de marzo, el presidente Juan Manuel Santos dijo que “Colombia venía teniendo una creciente dependencia de las exportaciones de hidrocarburos y mineras… No tanto como una enfermedad holandesa, pero sí podíamos ir rumbo a un resfriado holandés”.

Esa dependencia del país de las exportaciones petroleras y mineras, y su repercusión en el déficit en la cuenta corriente de la balanza de pagos, es uno de los grandes retos que se tiene que enfrentar, de acuerdo con lo dicho por el ministro de Hacienda, Mauricio Cárdenas, en el debate de control político que le hicieron la semana pasada en el Congreso.

Al igual que el presidente Santos, el director ejecutivo del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) para Ecuador y Colombia, Sergio Díaz-Granados, cree que la situación del país nunca llegó a Enfermedad Holandesa.  

“Fue un resfriado. A mí me tocó ser ministro con el dólar barato, y recuerdo el trauma de los exportadores. El dólar ha mejorado, pero las decisiones de los empresarios no se ajustan tan rápido. Sin embargo, uno tiene por ejemplo el TLC con Estados Unidos, que ha servido para que cerca de 2.000 empresas exportaran por primera vez. Se está abriendo el camino, y el tipo de cambio ayudará en ese propósito”, indicó.

Sin embargo, para el presidente de Anif, Sergio Clavijo, es indudable que el país vivió mucho más que un simple ‘resfriado holandés. “Durante 2006-2011 se dio una importante escalada tanto en los volúmenes de petróleo (pasando de 530.000 hacia los 915.000/bpd), como en los de carbón (de 66 a 85 millones de toneladas), que coincidió con un gran auge de los precios del petróleo (pasando de US$40 a los US$95/barril). Ello propició desplomes de la TRM hacia niveles promedio de $1.800, los cuales persistieron durante 2011-2013, implicando sobreapreciaciones cambiarias”, indicó.

La exdirectora de Planeación Nacional Cecilia López aseguró que Colombia sufrió del fenómeno, y que la situación de la balanza comercial no se resolverá rápidamente, debido a que “Colombia no tiene oferta exportable, y eso no se improvisa. Hay problemas importantes por resolver para reactivar a sectores como el agro o la industria”. 

La opinión

Sergio Clavijo
Presidente de Anif
“Esta fatal combinación de concentración exportadora en commodities, con la marcada apreciación cambiaria, llevó a Anif a sonar las alarmas”.