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Se estima que por la frontera con Venezuela ingresan 20.000 barriles diarios
En la frontera entre Colombia y Venezuela históricamente ha existido una problemática de contrabando de gasolina. En los últimos años, a esta situación se ha sumado el contrabando del hidrocarburo en la frontera con Ecuador. La magnitud de este flagelo es muy difícil de determinar por ser una actividad ilícita, pero en el sector calculan que su impacto en las ventas nacionales es entre 10% y 15%.
En el caso de la frontera con Venezuela, esta actividad se ha convertido en un negocio redondo para quienes viven en el país vecino, pues adquieren la gasolina con precios subsidiados y la venden más cara en Colombia, obteniendo ganancias a pesar de venderla por debajo de los valores de las estaciones colombianas.
Álvaro Younes, presidente de la Federación Colombiana de Distribuidores Minoristas de Combustibles y otros Energéticos (Fedispetrol), señaló que estas personas no solo le quitan mercado a las estaciones locales, sino que no pagan impuestos, reduciendo los tributos de las zonas a las que llega la gasolina ilegal.
“Para ellos cualquier ingreso es ganancia, porque sus costos son prácticamente nulos, así que venden el combustible a valores con los que las estaciones de servicio no pueden competir”, explicó.
De acuerdo con la Dirección de Gestión de Policía Fiscal y Aduanera (Polfa), los hidrocarburos de contrabando provenientes de Venezuela ingresan al país por La Guajira, Norte de Santander, Arauca, Guainía y Vichada. Históricamente se ha estimado que por esa zona del país entran, en promedio, 20.000 barriles de contrabando al día.
Según Mónica Albornoz, gerente de retail de Texaco, el producto que ingresa por La Guajira no se queda allí, sino que alcanza a permear buena parte de la Costa Caribe, llegando a Santa Marta y Barranquilla.
“Ese producto se mueve no directamente en estaciones de servicio, sino por otros canales de distribución, que lo que hace es que desplaza las ventas de las estaciones y la demanda se mueve hacia esos otros canales”, señaló.
En el caso de los combustibles de contrabando provenientes de Ecuador, estos ingresan principalmente por el cruce del río Putumayo y San Miguel (Putumayo). Considerando ambas fronteras, se estima que al país entran más de un millón de galones diariamente.
La Polfa ha podido identificar que el contrabando de combustible se realiza mediante vehículos modificados en su interior y por pitufeo, que es el ingreso de combustible en canecas o pimpinas a través de pasos informales haciendo uso de bicicletas y motocicletas.
A julio de este año, las autoridades incautaron 551.059 galones, 10,3% más de lo aprehendido entre enero y julio de 2017 (499.441 galones). El avalúo de lo incautado los primeros siete meses de este año ($3.929,9 millones) es 28% mayor al valor de lo aprehendido en el mismo periodo del año pasado ($3.068,5 millones). Para disminuir el contrabando y dar con los culpables, el sector ha desarrollado mecanismos de control. Por un lado, el Ministerio de Minas y Energía cuenta con el Sistema de Información de Combustibles Líquidos (Sicom), que obliga a los mayoristas y minoristas a canalizar sus órdenes de pedido a través de este sistema con el fin de poder rastrear las ventas, compras y los niveles de inventarios.
Otra estrategia que se ha implementado son los precios de ley de frontera, que consiste en que el Gobierno le de un subsidio al precio para que este sea inferior en las zonas fronterizas, de manera que se reduzca el riesgo de desplazamiento de combustible de un país a otro.
“El contrabando que llega a la región de la Costa tiene un impacto en las ventas de esa zona, pues desvía la demanda y suple la oferta”.
“La gasolina de contrabando se puede ofrecer a precios tan bajos que las estaciones de servicio no pueden competir y se pierden impuestos”.
"La estrategia para atacar estas mafias del contrabando demandan de mayor inteligencia y más policía judicial. Estamos en esta dirección con las autoridades competentes".
Sin embargo, con esta medida también se ha creado un problema, ya que la Polfa ha identificado que desde estas zonas se desvía combustible a otras ciudades o estaciones de gasolina no autorizadas para aumentar las ganancias.
“El contrabando es una problemática de muchos años que, dependiendo de las condiciones en ambos lados de la frontera y de las políticas implementadas para controlarlo, aumenta o se reduce”, sostuvo Albornoz.
En este aspecto coincide Younes, quien agregó que a la problemática no se le ha encontrado una solución.
Consecuencias de utilizar productos de contrabando
Albornoz resalta que uno de los peligros de adquirir combustibles de contrabando es que estos son de baja calidad, ya que por la manera en la que son transportados se pueden contaminar o les puede caer agua, ya que no tienen las especificaciones requeridas para transpotar el producto de manera segura. “Uno de los riesgos de utilizar gasolina de contrabando es que se afecte el funcionamiento del vehículo, que puede ser de efecto inmediato”, explicó.
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