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Luego del tercer atentado que sufrió este fin de semana el Oleoducto Caño Limón Coveñas, aumentan las preocupaciones por los efectos que están dejando los atentados terroristas al sistema.
Por un lado, porque en materia económica, se estima que el sector ha dejado de vender unos US$174 millones en lo que va del año, y, por el otro, por que el derrame está dejando impactos en el medio ambiente y a las comunidades que deben buscar nuevas fuentes hídricas.
Según cifras de Ecopetrol, se calcula que, por día, se pierden unos 6.000 barriles de petróleo, si se difiere el monto de los diferentes ataques que ha sufrido el sistema en lo que va del año.
Si esta cifra se multiplica por el total de día, la cifra de pérdidas llega a un promedio de 1,68 millones de barriles de crudo que se han dejado de comercializar a través del Puerto de Coveñas.
A su vez, si este monto se estima sobre el precio internacional promedio del crudo (US$103,38 al cierre de esta edición), se obtiene el monto total de la pérdida.
“El Gobierno, junto con las Fuerzas Militares, debe tomar medidas urgentes para evitar que más atentados se presenten”, aseguró Álvaro Younes, presidente de Fedispetrol.
Sin embargo, el daño más grande lo llevan las comunidades que deben buscar cómo transportar agua desde otras fuentes. “No se puede cuantificar el impacto social, pero uno sabe que en estas zonas la afectación es bastante grande, principalmente por el número de habitantes que están en la zona”, concretó Younes.
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