Nada bien cayó entre los usuarios de Whatsapp la noticia de que de ahora en adelante quienes quieran actualizar la aplicación en cualquier dispositivo que no sea Apple tendrán que pagar casi un dólar por año. Más tardó la compañía en hacer pública la decisión, que miles de hackers en encontrar la manera de evitar el pago o generar alternativas para postergarlo indefinidamente. Hay que ver si la aplicación sobrevive después de este cambio.