Un detalle que pasó casi desapercibido de la llegada a Cartagena del presidente de Estados Unidos, Barack Obama (1961), fue que al bajar del avión saludó al embajador de Colombia en su país, Gabriel Silva (1958) y a los funcionarios que lo acompañaban. Después se dirigió a la prensa. Cuando ya se iba, notó la insistencia de un personaje que lo saludaba y se dio cuenta que era el embajador Michael Mckinley , quien casi se queda con la mano estirada.