La ministra de Comercio, Industria y Turismo, Cecilia Álvarez-Correa (1953), puso contra el paredón a los funcionarios de su cartera cuando en una reunión con empresarios de Cundinamarca pidió a los gerentes que dijeran sus problemas e inmediatamente llamaba al encargado del área para que diera una explicación y se comprometiera a buscar una solución. Pidió, incluso, que los funcionarios dejaran sus datos de contacto.