En dos ocasiones en la historia de EE.UU. un presidente electo obtiene la mayoría de los votos electorales, pero no la de los sufragios populares. Los dos casos han sido republicanos. La primera vez cuando el demócrata Al Gore (1948) consiguió en el año 2000 un respaldo de 48%, pero los 266 votos electorales no le alcanzaron para vencer a George W. Bush (1946), que tenía 271 sufragios del Colegio Electoral. Hoy, el resultado se repite.