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De esta manera la comunidad internacional, tanto sus jefes de Estado y de Gobierno, organismos como la ONU, la OEA y la Unión Europea, los mecanismos regionales como la Celac, Unasur y otros más, han expresado de manera reiterada su apoyo irrestricto al esfuerzo que con tanto tesón se ha llevado a cabo en La Habana. Consideran que contribuir a la paz en un país importante como Colombia, tras más de cincuenta años de conflicto armado, es un compromiso de todos. De ahí que para el próximo año uno de nuestros objetivos sea profundizar la estrategia internacional que hemos desarrollado hasta el momento. No solo en cuanto a mantener ese apoyo logrado, sino que el mismo se traduzca en una participación efectiva, de diversa índole según el caso.
Decía hace algunas semanas el presidente Santos que la política exterior ha sido fundamental en el camino que Colombia está recorriendo hacia el desarrollo y la paz. Anteriormente el diálogo con otros países se enmarcaba en temas de narcotráfico y derechos humanos. Hoy hablamos de paz, cooperación, competitividad, educación y tecnología entre muchos otros temas. La respuesta internacional nos reafirma que vamos por el camino correcto; por eso en 2016 debemos continuar con esa diversificación de nuestra agenda.
Seguiremos en el trabajo que hemos hecho en estos años de lograr agendas que generen desarrollo para Colombia, con muchos países, no solo con nuestros socios tradicionales sino también con otros que en los últimos años se han convertido en socios fundamentales.
Intensificaremos el trabajo con nuestros socios de la Alianza del Pacífico que se ha convertido en el proceso de integración más exitoso de América Latina. Esta alianza nos brinda una gran oportunidad para tender puentes que deriven en sinergias empresariales, comerciales, culturales, educativas, de cooperación, de innovación, de movilidad, para convertirnos en una plataforma de articulación política, integración económica y comercial, y proyección al mundo, con énfasis en la región Asia-Pacífico.
Hemos sido protagonistas en el diseño de la nueva agenda global sobre desarrollo sostenible; diseñamos los ODS que se convirtieron en la nueva herramienta de medición del desarrollo, y llevamos varios años jugando un papel constructivo para lograr los ambiciosos acuerdos alcanzados en París, en la Cumbre Mundial sobre Cambio Climático (COP 21). En ambos casos tenemos grandes retos en los que seguiremos trabajando.
Redoblaremos esfuerzos para que siga aumentando el número de países que les abren las puertas, sin restricciones, a nuestros connacionales; eliminar las visas también significa eliminar prejuicios. En los últimos cinco años logramos que más de 40 países acabaran con la exigencia de visado para los colombianos.
Mediante un intenso trabajo hemos logrado, a través del plan Fronteras para la Prosperidad, hacer presencia en 75 municipios fronterizos para apuntalar, con planes sociales, las principales necesidades de algunas de las regiones donde el Estado no solía llegar. Continuaremos trabajando allí, para que a estos compatriotas que hasta ahora han vivido en mitad del conflicto, les siga cambiando la vida.
El 2016 va a ser sin lugar a dudas, un año histórico. Seguiremos trabajando, en todo el sector de relaciones exteriores, para que a los colombianos se nos abran más puertas en el mundo, y para que los países conozcan esta nueva Colombia que va camino a la paz y que por ende está llena de oportunidades.
