Expansión de bufetes por el mundo

A pesar de que el derecho anglosajón prima en el mundo, los despachos de abogados españoles han apostado por salir al exterior para asesorar a sus clientes en su internacionalización y a las compañías extranjeras en sus inversiones en España.

Hace cuatro décadas, Garrigues fue el primer bufete español en abrir una oficina en el extranjero al situarse en Nueva York. Sin embargo, hubo que esperar muchos años para que el resto de la firmas se animara a salir al exterior. En lo últimos veinte años se ha incrementado el número de sedes patrias más allá de nuestras fronteras.

La abogacía de los negocios en España se ha internacionalizado, pero quizás no lo suficiente, y la crisis económica lo ha hecho más evidente. A diferencia de grandes compañías españolas, como Santander, Bbva, Telefónica, Inditex, Mango, Iberdrola o Repsol, que tienen un volumen de negocio muy alto procedente del extranjero, los grandes despachos de abogados nacionales algunos incluso están entre los diez más grandes de Europa continental por facturación no han conseguido lograr un porcentaje relevante de sus ingresos fuera de España ninguno supera 20% de negocio en el exterior, sino que tienen modelos más propios de empresas como El Corte Inglés o Mercadona.

Esta dificultad de competir con garantías en el extranjero no sólo la han encontrado los bufetes españoles, sino también firmas de potentes jurisdicciones de Europa continental como Alemania, Francia e Italia, ya que el derecho anglosajón ha impregnado casi todas las grandes transacciones del mundo, incluso las que se realizan en Latinoamérica. Por ello, es lógico que los bufetes ingleses y estadounidenses tengan mucho más fácil salir al exterior.

La gran mayoría de las oficinas que tienen los bufetes nacionales repartidas por el mundo son de representación, de ayuda a las empresas españolas que van a hacer negocios a otros países, pero en donde no practican el derecho de esa jurisdicción.

Lo que puede aumentar a partir de ahora es la creación de firmas más globales como Dentons (fusión de despachos de Reino Unido, EE.UU., Canadá y Francia) o la reciente fusión del bufete chino- australiano King & Wood Mallesons con el británico SJ Berwin, y donde no es descartable que algún bufete español entre en alguna de estas operaciones internacionales de concentración.

Sin embargo, Garrigues, el mayor despacho por facturación y número de abogados de Europa continental anunció hace un año que cambiaba su estrategia exterior, lanzándose a abrir oficinas propias para operar en derecho local en cada uno de los países de Latinoamérica, liderados por el socio Javier Ybáñez e, incluso, en una segunda fase en Europa continental, imitando la estrategia que siguen desde hace décadas las grandes firmas de Reino Unido y EE.UU. Su objetivo es que su negocio en el exterior suponga un porcentaje elevado del total. El socio director de Garrigues, Fernando Vives, se preguntaba: “¿por qué no podemos hacer derecho local en otros países, incluso en jurisdicciones como Francia?”, y añadía: “los despachos españoles tenemos un saber hacer contrastado, y una facturación y solidez no distinto al de ellos o los anglosajones”.

Por el momento, el movimiento de Garrigues es el que apunta más alto. Cuatrecasas estuvo barajando abrir oficinas propias en algunos países de América Latina, pero el proyecto quedó aparcado y ahora se centra en alianzas. Esta firma, al igual que Uría Menéndez, trabaja desde hace algún tiempo en abaratar costes en muchas de sus oficinas internacionales, por ejemplo, compartiendo las dependencias con firmas best friends. Cuatrecasas creó recientemente una alianza europea no exclusiva con firmas de Alemania, Francia e Italia. Aunque no existe un modelo único para salir al exterior, la gran mayoría es consciente de que no tener algún tipo de red en el exterior se acaba pagando internamente -como creen los expertos-, pues los clientes elegirán bufetes que les ayuden a salir a otros países, cada vez más común en las empresas españolas.

Despachos medianos
Despachos medianos Por eso, algunos bufetes medianos también se muestran muy activos en ganar presencia y negocio en el exterior. Por ejemplo, el despacho Rhgr (antes Ramón Hermosilla y Gutiérrez de la Roza) creó hace unos años el proyecto y la marca Ontier, que lidera el abogado Adolfo Suárez Yllana, que consiste en comprar porcentajes de firmas de cada país, y que ya está presente en 13 jurisdicciones.

Por su parte, la firma malagueña, Martínez-Echevarría, ha seguido la tendencia de abrir oficinas propias allí donde ve flujo económico con sus clientes, y tiene varias en Europa del Este, Turquía o, la más reciente, Rusia. Otros bufetes, como Cremades, asocian su marca a despachos colaboradores en otras jurisdicciones como Argentina o Israel, y algunos tejen redes o alianzas como Albiñana, Roca Junyent o Broseta, ésta última centrada en Latinoamérica.