El Economista - Ciudad de México
El presidente de la nación mexicana aseguró que las reformas estructurales en su país no son solo "una agenda ambiciosa" del gobierno, sino un espacio en el que todas las fuerzas políticas pueden participar y así hacer que la democracia mexicana dé mejores resultados a la sociedad y no se agote en las urnas.
En un encuentro con empresarios de la región, en el marco de la VII Cumbre de la Alianza del Pacífico, expresó que esa convicción compartida dio lugar al Pacto por México y a la definición de una agenda ambiciosa de trabajo que incorpora importantes cambios estructurales para acelerar el desarrollo del país.
Detalló que uno de esos cambios es la reforma educativa, que busca ir más allá del desafío del siglo pasado de sólo llevar la educación a todos los rincones del país, pues además busca asegurar que ésta sea de calidad, por lo que se considera hacer de la evaluación un instrumento permanente para definir necesidades específicas para cada región.
El mandatario mexicano resaltó las reformas laboral y financiera, que buscan ampliar el nivel de crédito y, la segunda, que va a potenciar sin duda el nivel del intercambio comercial, pues se trata de asegurar mayor acceso al crédito y que éste sea más barato.
Peña Nieto subrayó que dicha agenda incluye las reformas energética, hacendaria y política que permitan a México ser más competitivo, asegurar un crecimiento sostenido mayor al que se ha tenido, crear más empleos y que la política pública asegure que la generación de riqueza se distribuya más equitativamente entre toda la población.
