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El próximo año se pondrá a prueba la austeridad inteligente

martes, 22 de diciembre de 2015
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Mauricio Cárdenas

El mayor impacto a la economía fue sin duda la caída de los precios internacionales del petróleo y el efecto que esto ha tenido en las exportaciones e ingresos de la Nación. El próximo año tendremos que operar con $20 billones menos, el equivalente a todos los presupuestos de los 32 departamentos del país. A esto se suma el bajo crecimiento de nuestros principales socios económicos.

Frente a estos retos, reaccionamos con una estrategia balanceada. Recaudamos mayores ingresos de fuentes no petroleras. Permitimos un déficit fiscal manejable dentro de los rangos de nuestra Regla Fiscal. Hicimos recortes en el gasto público que protegen inversiones estratégicas. Llamamos a esta estrategia Austeridad Inteligente, que como señaló la revista The Economist en octubre, es un lujo que no han podido darse otras economías emergentes. 

A diferencia de otros países, en Colombia tuvimos la gobernabilidad necesaria para actuar a tiempo. 

En materia de austeridad, recortamos los gastos de funcionamiento del Gobierno en 4%, en rubros como personal administrativo, costos de funcionamiento y viáticos, para poder invertir más en áreas estratégicas para la economía: educación, desarrollo agrario, salud e investigación en ciencia y tecnología.

Hemos emprendido una política activa a través del Plan de Impulso a la Productividad y el Empleo PIPE 2.0 para favorecer al sector exportador permitiendo que las empresas nacionales sean más competitivas y aprovechen las oportunidades que les abren los Tratados de Libre Comercio y las nuevas condiciones de la tasa de cambio.

El sector de la construcción será el que más contribuirá a la economía los próximos tres años, gracias a la inversión pública y privada en viviendas e infraestructura. Esto es una carrera de relevos, donde la construcción toma la posta del sector minero energético y nos ayuda a mantener un buen ritmo de crecimiento. 

Posteriormente, con las ganancias en competitividad, otros sectores jalonarán al resto de la economía. Hoy crecemos porque construimos. En unos años, creceremos porque exportaremos más.

Quiero detenerme sobre el tema de la tributación para 2016. Entre 2013 y 2016, aumentamos el recaudo no petrolero en 1% del Producto Interno Bruto (PIB) por vía de la Reforma Tributaria de 2014, y por el plan de gestión y lucha contra la evasión de la Dirección de Impuestos y Aduanas Nacionales.

Soy perfectamente consciente de que Colombia debe un reconocimiento especial para el sector empresarial, ya que sin sus aportes oportunos, estos resultados económicos habrían sido imposibles. Pero debemos avanzar hacia un nivel tributario que nos permitirá avanzar hacia un modelo donde el sector productivo impulse nuestra economía y continúe generando el empleo en un ambiente externo menos favorable.

Finalmente, debo mencionar un paso fundamental en ese camino: el de la paz. El Ministerio de Hacienda está comprometido con los grandes proyectos de desarrollo regional que afianzarán los acuerdos logrados en La Habana y con mantener financiada la seguridad y defensa necesarias para la consolidación del proceso y la tranquilidad de los colombianos. 

La paz, junto con la inversión en competitividad e infraestructura, es la apuesta económica más importante para el país en este momento. Desde el Ministerio de Hacienda trabajaremos de mano con el sector productivo del país para que estos enormes cambios beneficien a todos los colombianos.

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