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Colombia, el tercer país más vulnerable al cambio climático

martes, 14 de abril de 2015
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Paula Delgado

El informe ‘Nuevos Escenarios de Cambio Climático para Colombia 2011-2100: Herramientas Científicas para la Toma de Decisiones’ reveló que la temperatura promedio en Colombia para 2100 sería 2,14°C mayor a la actual.

Nelson Roa, presidente de Dignidad Arrocera, indicó que el alza en la temperatura promedio del país sería catastrófico. “Un cambio sobre más de dos grados de temperatura es muy grave para nosotros.  De cumplirse la proyección, se pueden presentar fenómenos biológicos que vendrían a derivarse en circunstancias imprevisibles, como la aparición de nuevas plagas, insectos, bacterias y hongos que podrían resultar en enfermedad para las plantas”.

El representante llamó a los productores a desarrollar infraestructura de almacenamiento de agua para las labores agrícolas, de manera que en verano se aproveche el potencial de las lluvias pasadas.

Además, el documento señala que en este siglo se verán grandes cambios en  la manera como llueve en el país. En ese proceso, a 2100 los departamentos más afectados por la falta de humedad serían los de la Costa Caribe (Bolívar, Cesar, La Guajira, Magdalena y Sucre). Así, cultivos como los de palma, yuca y algodón se verían perjudicados, pero el principal perdedor sería la ganadería.

El gerente técnico de la Federación Colombiana de Ganaderos (Fedegan), Carlos Osorio, explicó que de prolongarse las temporadas secas, los productores deberán esforzarse más para conseguir el forraje para alimentar a sus animales, debido a que se imposibilitaría el cultivo de los pastos. Además, Osorio resaltó que las razas cebuínas son una buena opción incluso en condiciones secas, debido a su adaptabilidad a difíciles condiciones climáticas.

Un buen complemento de modelo de cría son los sistemas silvopastoriles, que permiten disminuir hasta en 2°C la temperatura de los bovinos.

Pero no solo la falta de lluvias afectaría  a las regiones productoras, sino que una excesiva abundancia de precipitaciones en el Eje Cafetero y en Tolima y Huila podrían poner en problemas a los cafeteros dado que las condiciones húmedas propician la proliferación de la roya.

De acuerdo con Fernando Gast, director del Centro Nacional de Investigaciones de Café (Cenicafé), hoy se tienen dos programas estratégicos para obtener más información en menor tiempo y generar alertas tempranas para disminuir los riesgos. También se busca hacer adaptaciones con buena relación costo-eficiencia, por ejemplo, en nuevas variedades que ya están en prueba.

Por su parte, el vocero del Comité cafetero de Huila, Fernando Castro, aseguró que tanto las condiciones áridas como la extrema humedad afectan gravemente al grano que necesita la alternancia entre tiempo seco y lluvia para su desarrollo.

Los piscicultores tienen menos opciones. Otto Polanco, director de la Autoridad Nacional de Acuicultura y Pesca (Aunap), indicó que si hay un organismo poco tolerante a los cambios de temperatura del agua son los peces. “Una variación de  0,5°C hace que los peces migren, cambien su sistema biológico, su metabolismo y no se reproduzcan como deberían”.

Para prevenir los efectos nocivos que el cambio climático podrían tener sobre los diferentes cultivos, el director de la Unidad de Planeación Rural Agropecuaria (Upra), Felipe Fonseca, indicó que la entidad incorporará estos pronósticos de clima en la articulación de sus políticas sectoriales. “Todos los productos tienen una serie de requisitos para darse según temperatura y precipitación. Los resultados de esa investigación nos permitirán incorporar esos escenarios para ver las variables de clima que se pronostican a futuro con más certeza, pues actualmente lo hacemos basados en las mediciones de hoy; así podremos ver qué impacto va a tener en esa posible orientación y distribución de la tierra disponible para las actividades agropecuarias”.

Luego celebró que con el informe se reducirá la incertidumbre y se motivará la inversión en sistemas de drenaje y adecuación de tierras para que estos mecanismos compensen esos cambios, “eso incide en políticas de largo plazo”, dijo.

Finalmente, el presidente de la Sociedad Colombiana de Agricultores (SAC), Rafael Mejía, explicó que “el país debe empezar a mirar esto, porque este fenómeno se junta con resultados como el de la FAO que dicen que la oferta de alimentos debe crecer 70% en 30 años”.

Además, según estudios del gremio, la productividad podría disminuir entre 5% y 15% por estas variaciones, lo que hace urgente una política agraria de Estado a corto plazo.

Costo de $2 trillones en 2100

Un informe publicado en 2014 por el Departamento Nacional del Planeación (DNP), junto con el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), dice que esta problemática le resta al Producto Interno Bruto (PIB) entre 0,48% y 0,5% cada año. Así que para final de siglo, el país perdería hasta 3,7 veces el indicador ($2 trillones), lo que equivale a repetir cada cuatro años un Fenómeno de La Niña como el de 2010. 

Las opiniones

Rafael Mejía
Presidente de la SAC
“La forma más fácil de manejar los futuros cambios es con una política agraria y con instrumentos para el uso y conservación del agua”.

Felipe Fonseca
Director de la Upra
“Respaldo el ejercicio porque tiene rigor y pretende reducir la incertidumbre y definir políticas para mitigar los posibles efectos”.

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