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En la actualidad, gracias a la actividad que desarrollan cerca de 3.000 apicultores en el país, según cifras del Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural, el sector cuenta con unas 3.000 colmenas destinadas a la producción miel y polen, en sus principales líneas.
Lo que llama la atención de este sector, es que aunque no ha sido muy explotado en el país, empieza a ponerse de moda entre jóvenes emprendedores que buscan crear empresa.
Gracias a la facilidad de instalación que tienen las cajas de cría de abejas, así como el cooperativismo que se puede generar entre los dueños de la tierra y los apicultores, Colombia puede llegar a contar con tres millones de colmenas que aumentarán la capacidad productora del sector.
Y cabe destacar que no solo se ampliará la cobertura nacional de los productos, que solo en materia de miel llega a 2.000 toneladas al año, sino que los empresarios tendrán mayores posibilidades de exportación. “En Colombia tenemos una gran capacidad para ampliar la producción que no se está aprovechando porque no hay cooperativismo entre los dueños del suelo y los apicultores. Sin embargo, si se arrienda la tierra para ello, se puede conseguir una buena instalación en un bajo precio”, destacó Alfonso Franky, presidente de la Asociación de Apicultores de Cundinamarca, Asoapicun.
Es así como de, entre 50.000 y 110.000 colmenas contabilizadas en el territorio nacional, los apiarios podrían ampliarse hasta unas tres millones.
Para lograrlo, señala Franky, entidades como Asoapicun avanzan en la formación de pequeños empresarios, para que formalicen su actividad y amplíen su capacidad de instalación. Sin embargo, como destacó, el primer requisito es tener el gusto por las abejas, para conocer sus formas de conducta y atender sus necesidades.
Si se logra tener un buen manejo de éstas, que en el país se distribuyen entre las africanizadas y las europeas, se pueden obtener diferentes líneas de negocios, según señaló Alfonso Silva, presidente de Aspired S.A.S., entidad que asocia a diferentes apicultores. Entre las oportunidades que se presentan, se destacan la extracción de miel (por debajo de los 1.000 metros de altura) y el polen (sobre los 2.000 metros de altura, principalmente).
En esta última línea, uno de los principales atractivos que ha dinamizado la actividad es que durante los 12 meses del año hay épocas florales que favorecen la producción apícola, la cual se fortalece entre enero y abril, y agosto y diciembre.
Adicional a ello, hay aprovechamiento de la cera, propóleo, jalea real y veneno de abejas. Estos, a su vez, son altamente demandados en el mercado nacional para productos como jabones, cremas faciales, velas, polimiel, shampú, entre otros.
Polen lidera el mercado
Aunque la miel es el productos apicultor más demandado por las familias, en el país se produce el polen con la mejor calidad y sabor de la región, según señala Franky, lo que fortalece este mercado para la demanda internacional.
Las opiniones
Alfonso Franky