El colectivismo empobrecedor no avanza solo por la fuerza de los saqueadores, sino por la culpa moral de los productores. Al socialista le basta con convencer al empresario de que es moralmente sospechoso
Mi visión es clara: la educación, en todos sus niveles -desde preescolar hasta posgrado-, debe dejar de ser un privilegio de pocos para convertirse en un camino vibrante para todos