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El Dane reportó que el mes de mayo registró una inflación de 0,23%, cifra inferior al consenso del mercado (0,31%) y también frente a la cifra observada un año atrás (0,51%). Si bien ello implicó un descenso marginal en la inflación anual hacia 4,37% (vs. el 4,66% un mes atrás), aún luce incierta su convergencia hacia el techo del rango-meta (2%-4%) de largo plazo del Banco de la República (BR), ver gráfico adjunto. De hecho, preocupa la indexación de precios-salarios en que se ha montado el país como resultado de los persistentes paros de trabajadores públicos, donde el Gobierno ha venido concediendo reajustes entre 1% y 3% real; amen de reajustes en otro tipo de prestaciones sociales-pensionales.
En el lado positivo, se tiene que la inflación de alimentos continuó descendiendo hacia 2,09% anual en mayo (vs. 2,49% en abril y 13,46% un año atrás), en buena medida gracias a que se han ido disipando los efectos de la sequía de hace un año. Falta aún por verse el efecto de costos que podrían estar generando los paros de Buenaventura y los anunciados bloqueos en las principales vías.
También, se tuvo un alivio a nivel de la inflación subyacente (sin alimentos), pasando de 5,6% anual a 5,35%. Allí creemos que primaron dos efectos: i) la apreciación cambiaria, que ha venido promediando cerca del 8% anual en lo corrido del año, implicando costo de los importados con cero incremento anual al corte de abril, y ii) la moderación en la inflación de regulados (6,24% vs. 6,5% un mes atrás), gracias a menores costos de transporte (4,84% vs. 5,15%) y de energía eléctrica (4,99% vs. 8,75%).
No obstante, la convergencia de la inflación subyacente hacia 5% aún luce incierta, pues la mencionada indexación salarial probablemente estará compensando los alivios provenientes de los menores costos de los importados (pass-through).
La actividad económica internacional luce marginalmente mejor. Estados Unidos estaría expandiéndose a tasas de 2,1% durante 2017 (vs. 1,6% en 2016), mientras que la Zona Euro se aceleraría hacia expansiones de 2% en 2017 (vs. 1,7% en 2016), una vez disipados los riesgos políticos en Francia (ante la derrota de Le Pen a manos de Macron). Si bien se observaría algún rebote en las economías emergentes hacia 4,6% en 2017 (vs. 4,1% en 2016), América Latina aún se expandiría a tasas subpar del +1,6%.
El PIB-real de Colombia se expandió a un pobre ritmo del 1,1% anual durante el primer trimestre de 2017 (vs. 2,7% un año atrás). Infortunadamente, las perspectivas del segundo trimestre no lucen muy halagadoras, pues nuestro Anif Leading Index pronostica expansiones de solo 1,8% anual.
Dada esta debilidad en el sector real, el BR “se la jugó” con reducciones de 25pb en la tasa-repo en su pasada reunión de mayo, llevándola al 6,25% (sin conocer entonces la magnitud del esperado descenso en la inflación subyacente). Dicha decisión estuvo en línea con lo recomendado por el grueso del mercado, donde 64% recomendaba y esperaba reducciones de ese orden. Ex-post, la comentada reducción en la inflación subyacente de mayo terminó dándole la razón al mercado y al propio BR en su recorte de -25 pbs.
Dado el anterior panorama macro-financiero, Anif considera que hay espacio para la que podría ser la última reducción de 25pb en la reunión del BR de junio, llevando la repo hacia 6%. Con ello, consideramos cumplida la meta de “relajamiento contracíclico” (completando reducciones por -175pbs durante diciembre de 2016 - junio de 2017). En opinión de Anif, se requeriría que la inflación sin alimentos continuara reduciéndose por debajo de 5% anual, durante el segundo semestre, para que se abriera espacio a reducciones adicionales de la repo por debajo de 6%. La economía política del BR luce algo complicada, pues su nueva Junta deberá mostrar independencia y consolidar la credibilidad del esquema de Inflación Objetivo en momentos en que se estará perdiendo por tercer año consecutivo (2015-2017) el rango-meta de 2%-4% anual.