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Analistas 31/08/2022

“Midterms” en Estados Unidos

Santiago Castro Gómez
Expresidente de Asobancaria

Las elecciones de Congreso de los Estados Unidos, “Midterms” como las llaman, que ocurren a mitad del periodo presidencial, son uno de los eventos políticos más importantes de esa nación. La tercera parte del Senado y la totalidad de la Cámara deben ser elegidos. Tradicionalmente, el partido que ostenta el poder en el Ejecutivo pierde curules. Y en el estado actual, con un empate de curules en el Senado y con una muy leve ventaja en la Cámara Baja, las cosas se le pueden poner muy complicadas al presidente Joe Biden el 8 de noviembre. Especialmente porque su popularidad, aunque ha subido en las últimas semanas a 44% debido a recientes éxitos legislativos, tiene todavía sus números negativos en 53% según Gallup. No ayudan tampoco temas candentes como la inflación desbordada, que no es su culpa, más el hecho de que la economía puede haber entrado ya técnicamente en recesión.

Sus contrincantes, el Partido Republicano, han tenido sus propios altibajos en su carrera por recuperar el control del Legislativo. Una barrida de ambas cámaras que se daba por sentado hace algún tiempo ya no está tan segura. La sentencia del aborto ha electrizado a la base demócrata, ha apartado a algunos votantes independientes clave para su triunfo, y falta esperar cómo resuena el allanamiento de la casa de Trump en Mar A Lago, por el Departamento de Justicia. Y hablando de Trump, es clara su creciente influencia en los votantes republicanos, donde las victorias de sus candidatos en las primarias es un indicador muy fuerte. Qué tanto le sume o le reste a los republicanos ser un partido dominado por Trump estará por verse.

Ahora bien, si el péndulo se mueve otra vez hacia Trump y los republicanos ganan, casi que se puede asegurar que la agenda fiscal y doméstica del presidente Biden muere o queda seriamente comprometida. Mi pregunta es ¿qué pasa con la agenda internacional, resorte del Ejecutivo, pero controlada presupuestalmente por un posible Congreso de oposición? Y más específicamente, ¿qué repercusiones tendría en las relaciones con Colombia como su aliado más cercano en América Latina?

Por ahora con Biden, es posible que se lleguen a algunos acuerdos para evolucionar la discusión de la aspersión aérea, el uso del glifosato, la erradicación manual forzada, y especialmente el tema de la extradición. Y eso que en este último no tanto. Pero si llegan a ser mayoría los republicanos, y habiendo escuchado las duras declaraciones sobre nuestro gobierno de varios de sus miembros más representativos como el senador Marco Rubio o el gobernador de la Florida Ron DeSantis, podemos esperar escollos. No quiero ser fatalista y pensar en una de certificación, pero sí se podría degradar fuertemente el consenso bipartidista que ha apoyado a Colombia desde la era Clinton.

Lo que concluyo es que tocará tender muchos puentes con los elementos mas centristas del Partido Republicano, cada vez menos numerosos, y enviar mensajes tranquilizadores. Las ideas sobre reformar el mecanismo de extradición podrían ser echadas para atrás como un gesto. De parte del Gobierno y del Congreso norteamericano, se necesitaría también un entendimiento que Colombia cambió al elegir un Presidente de izquierda, pero que puede existir la real posibilidad de que a pesar de sus retóricas latinoamericanas, Petro tenga la visión y la sagacidad de priorizar una relación de trabajo y estrecha colaboración con los Estados Unidos. Personas como Bachelet, Lula y Mujica lo lograron en sus respectivos gobiernos. Ni Chávez ni Maduro ni Ortega lo hicieron y miren cómo han quedado aislados y con economías devastadas. ¡Aquí puede ser diferente!

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