El Estado de Petro es X

El presidente Gustavo Petro llegó a tener un grado de relevancia internacional por sus causas ambientales, su discurso sobre los hidrocarburos, y su apuesta para el cambio en el enfoque de la lucha contra las drogas. Eso es tiempo del pasado.

Cometió un enorme error el jefe del Estado al suponer que sus opiniones siguen siendo suyas y no las del Gobierno. Un presidente no puede reaccionar de una manera tan efectista y sin rugosidad a una masacre terrorista al otro lado del mundo. Los gobiernos hablan a través de sus presidentes, y los presidentes hablan a través de declaraciones oficiales, comunicados de prensa, discursos públicos y sientan su posición en las organizaciones multilaterales cuando se trata de asuntos internacionales. Pero el presidente Petro ha querido seguir la estrategia de Donald Trump; en Twitter Petro es “trumpista”.

Sobre la masacre de Hamás a más de 1.300 personas el primer trino del presidente fue el sábado 7 de octubre, cuando el mundo apenas empezaba a conocer que Hamás había irrumpido en territorio de Israel y aparentemente había rehenes y civiles muertos. Su primer comentario al mundo como presidente de Colombia fue comparar la ocupación rusa sobre Ucrania y la ocupación de Israel sobre Palestina; luego dijo que el Estado palestino debía ser reconocido de manera integral. Nadie sabía con exactitud lo que había ocurrido hasta entonces, pero el presidente decidió cuestionar a Israel y no referirse al primer ataque con víctimas civiles a todas luces contra el Derecho Internacional Humanitario. Aunque las víctimas eran mujeres y niños de Israel, el presidente eligió cuestionar a ese país. Luego de ese trino y de las réplicas de internacionalistas y periodistas, el Twitter del mandatario se convirtió en el de un activista radical. No solo hay que ser presidente y ganar elecciones, hay que parecerlo también ante el mundo. En el feed de Petro hay un video de un supuesto judío quemando una bandera de Israel, un hecho simbólicamente antisemita, todo tipo de imágenes de las víctimas civiles en Gaza, pero ninguna imagen de las víctimas civiles en Israel, más una secuencia infinita de argumentos para defender a Palestina. Y, hasta la redacción de esta columna, ninguno para conmoverse y rechazar el asesinato a dos ciudadanos colombianos por parte de Hamás.

Luego se conocieron los detalles. Seres humanos quemados vivos, bebés y mujeres con disparos a quemarropa, personas decapitadas, rehenes torturados, jóvenes fusilados en una fiesta por la paz en la frontera. Hamás asesinó a personas como si se tratara de un video juego. Sin embargo, eso no ha significado el reproche del presidente.

De ninguna manera esta columna pretende explicar el conflicto, que es tan complejo y tan inverosímil, y tampoco tomar partido más que por los civiles inocentes de ambos bandos. Israel ha sobrepasado lo límites del DIH en una respuesta desproporcionada con bombardeos indiscriminados. Hamás ha intentado bombardear a Israel lanzando cohetes al azar para matar a cualquier forma de vida, con la diferencia de que el domo de hierro no lo ha permitido. Es abrumador que los hechos del primer ataque no le hayan significado al presidente ninguna respuesta categórica y sí un hilo de argumentos que siguen pareciendo una justificación. Sin ninguna duda esta posición le quita relevancia a Petro, que ya no tendrá credibilidad para liderar políticas globales en occidente. Una prueba es que la respuesta de EE.UU. fue categórica. El presidente no aprendió a comunicar y su prepotencia lo ha llevado a un lugar del que difícilmente podrá salir. Los asuntos internacionales no se resuelven en X. Los gobiernos no se lideran en X. Las políticas públicas no se ejecutan en X. Pero el liderazgo y la reputación, ya se ha visto, sí se pueden perder allí. Buena suerte con Biden, señor presidente.