.
Analistas 21/02/2019

Reconstrucción de Venezuela

Rodrigo Botero Montoya
Exministro de Hacienda

Parecería que empiezan a confluir las condiciones internas y la presión internacional que conducirían a dar por terminada la tragedia del Socialismo Bolivariano. El final de una dictadura, por represiva que sea, se acerca cuando la sociedad empieza a perder el miedo. Eso es lo que está sucediendo en Venezuela, gracias al surgimiento de una autoridad política alternativa, que cuenta con respaldo de opinión pública y un amplio apoyo internacional. Los dirigentes de la oposición han llamado a desconocer la usurpación del poder por parte de Nicolás Maduro para establecer una Venezuela democrática y próspera. Ésa podría ser la agenda de un gobierno de transición: establecer un régimen democrático con plenas garantías y mejorar las condiciones de vida de la población.

Quienes desde la oposición, o en el exilio, están preparando programas para la transición tienen dos tareas con el mismo objetivo que avanzan por rutas paralelas. Hay la tarea de arquitectura institucional para consolidar las bases de la democracia liberal y el Estado de derecho. Esta tarea, de carácter eminentemente político, requiere el aporte de expertos en materia constitucional, procedimental y de derecho administrativo. Al mismo tiempo, hay la tarea de revivir la actividad empresarial y la capacidad del aparato productivo del país. Esta tarea, de carácter técnico, incluye aspectos económicos, financieros y gerenciales.

Las semillas del primer proceso empiezan a germinar en los actos de la Asamblea Nacional, la única entidad venezolana que goza de la legitimidad democrática que surge del mandato popular. En una situación sin precedentes, la Asamblea Nacional, como cuerpo legislativo, empieza a ejercer funciones ejecutivas por intermedio de su presidente, Juan Guaidó, quien además actúa como presidente interino de Venezuela.

El presidente Guaidó ha sido reconocido por la mayoría de las naciones democráticas. Las personas que ha designado como sus representantes diplomáticos en el exterior han sido recibidas como tales por gobiernos amigos. La prueba de fuerza con el régimen de Maduro que se manifiesta alrededor del ingreso a Venezuela de la ayuda humanitaria internacional permitirá determinar si, en efecto, el proceso hacia la transición democrática es irreversible.

Los economistas que diseñan el programa para la transición reconocen el tamaño de la destrucción que ha tenido lugar. Coinciden en que Venezuela va a requerir un apoyo masivo por parte de la comunidad internacional, que incluiría un programa significativo con el Fondo Monetario Internacional, una renegociación de la deuda pública externa y la obtención de recursos concesionales de fuentes bilaterales o multilaterales. Lo que cambia con el transcurso del tiempo es la magnitud de los recursos externos que se requerirían, habida cuenta del ritmo al cual se está deteriorando la economía venezolana.

La experiencia de transición a la democracia relevante para Venezuela, no es la de España, país que al morir Franco ya estaba integrado a las instituciones económicas occidentales. Más bien es la de los países de Europa Oriental ocupados por los soviéticos, que estuvieron sometidos a la deformación económica y al saqueo del régimen comunista.

Conozca los beneficios exclusivos para
nuestros suscriptores

ACCEDA YA SUSCRÍBASE YA