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Analistas 18/02/2021

Libertad comercial y progreso

Rodrigo Botero Montoya
Exministro de Hacienda

Con posterioridad a la Segunda Guerra Mundial, Estados Unidos desempeñó un papel de liderazgo a favor de la liberalización del comercio internacional. En materia de política comercial, se pasó de suscribir acuerdos bilaterales, con cláusula de nación más favorecida, a promover negociaciones comerciales multilaterales, la primera de las cuales se celebró en 1947. Los países desarrollados acordaron fuertes reducciones de los aranceles a los bienes manufacturados. En las dos décadas subsiguientes, el comercio internacional experimentó un ritmo de crecimiento inusitado.

Se crearon nuevas instituciones para promover la cooperación económica tales como el Acuerdo sobre Aranceles y Comercio (GATT), y la Organización Mundial de Comercio (OMC). Como condición para recibir el apoyo del Plan Marshall, se exigió la eliminación de las barreras comerciales recíprocas entre los países participantes, lo cual favoreció el proceso de reconstrucción europea.

A partir de 2017, la administración Trump sustituyó la política descrita por la hostilidad al multilateralismo y la adopción unilateral de medidas proteccionistas. Este retroceso por parte de Estados Unidos ha debilitado a la OMC. Le ha dado actualidad a los planteamientos a favor de la libertad de comercio.

En ‘Open, The Story of Human Progress’, Johan Norberg argumenta en contra del tribalismo y a favor de la sociedad abierta, citando ejemplos desde la antigüedad.

‘International Trade’, de Anne Kreuger, defiende el libre comercio y enfatiza los defectos del proteccionismo.

Kreuger presenta abundante evidencia empírica que recomienda reducir las barreras a las importaciones y utilizar la participación en el comercio internacional como motor de crecimiento económico y bienestar social. A mayor intercambio comercial, mayor prosperidad.

En lo que respecta a los países en vía de desarrollo, señala la importancia decisiva que tiene acertar en el diseño de la política de comercio internacional. Contrasta el desempeño económico de los países del Este Asiático que redujeron barreras a las importaciones para privilegiar las exportaciones con el de aquellos países que optaron por restringir importaciones para proteger el mercado interno.

La inserción de Colombia en la economía internacional ha sido vacilante. Ha carecido del consenso requerido para asegurar la continuidad. En 1967, el país reemplazó la política de sustitución de importaciones por la de promoción de exportaciones, con resultados positivos.

Entre 1986 y1990, tuvo lugar una reducción gradual de aranceles, la cual se acentuó en los años 1990-1994. Este cambio hizo posible la negociación de tratados de libre comercio (TLCs) con Canadá, Estados Unidos y la Unión Europea, así como la participación en la Alianza del Pacífico.

Los cambios de política económica que acompañaron la apertura y la suscripción de TLCs con sus principales socios comerciales facilitaron el ingreso de Colombia a la Ocde.

La inserción en la economía internacional le ha servido bien al país. Los consumidores se han beneficiado. La competencia ha estimulado el aumento de la productividad y la modernización empresarial. La trayectoria de reducción de barreras a las importaciones es la que le conviene a Colombia, más bien que retroceder a la política de sustitución de importaciones.

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