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Analistas 18/11/2015

La lucha contra la inflación

Rodrigo Botero Montoya
Exministro de Hacienda
La República Más
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Tener una inflación baja y estable es un valioso logro de la política económica colombiana.  

Ese logro, también conocido como estabilidad de precios, conlleva enormes beneficios: defiende el poder adquisitivo de los salarios; estimula la profundización del mercado de capitales; permite conceder crédito hipotecario a largo plazo y tasas de interés fijas; y facilita las decisiones de inversión de los agentes económicos.  La estabilidad del nivel general de precios refleja un manejo macroeconómico responsable, cuya preservación concierne tanto al gobierno como al sector empresarial y a los hogares.  Se ha creado conciencia acerca del valor que tiene la estabilidad de precios como parte esencial del bienestar social.

La economía se está ajustando a la caída de los precios de los commodities que ha tenido lugar, y al consiguiente deterioro de los términos de intercambio del país.  La corrección de la tasa de cambio ha contribuido a amortiguar la magnitud del choque externo.  En el caso de Colombia, al impacto de la devaluación sobre los precios de los bienes importados, se agrega el fenómeno climático de El Niño, que perjudica la producción agropecuaria y encarece la energía.  Esta combinación de factores adversos ha resultado en una desviación de la trayectoria de inflación, respecto al rango meta fijado, que es de 2% a 4% anual.  Para el mes de diciembre se espera un ritmo de inflación anual del orden de 5,8 a 6%.

El reciente incremento de 50 puntos básicos, (0,5%), en la tasa de intervención del Banco de la República, trata de evitar que un incremento de precios, que debería ser de corta duración, dé lugar a una espiral de precios y salarios, vía las expectativas de inflación.  También constituye una señal a los mercados, en el sentido de que la Junta Directiva del Banco hará lo que fuera necesario para reducir el ritmo de inflación durante el transcurso de los próximos 12 meses.  Para cumplir ese propósito, va a ser necesario seguir incrementando la tasa de intervención actual, (5,25%). Conviene tener en cuenta que dicha tasa sigue siendo expansiva. 

Los indicadores de actividad económica son favorables, y el crédito registra un crecimiento de 17%.   Si se eleva la tasa de intervención hasta llegar a un nivel de 6% anual, el Banco de la República obtendría el margen de maniobra necesario para adoptar una postura anti-cíclica, en la eventualidad que la economía requiriera un estímulo monetario en el 2016.

La lucha contra la inflación requiere la acción coordinada de la política económica.  Los altos aranceles y las barreras administrativas a las importaciones han creado las condiciones conducentes a incrementos desmesurados de precios de determinados alimentos y productos del hogar.  El excesivo proteccionismo favorece a grupos privilegiados de productores, en detrimento del resto de la población.  Las circunstancias actuales justifican reducir los aranceles y eliminar las barreras no-arancelarias a las importaciones.  La política de comercio internacional constituye un instrumento eficaz para promover la competencia, combatir la cartelización y proteger el bienestar de los consumidores.

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