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Analistas 09/05/2024

Geografía y devenir nacional

Rodrigo Botero Montoya
Exministro de Hacienda

Se tiende a subestimar la importancia de la geografía. Es un tema al cual no se le asigna preeminencia en el diseño de las políticas públicas o en la discusión acerca de la problemática nacional. Por una parte, es parte de la realidad cotidiana que se da por sentada. Por otra, salvo en casos extremos, es algo que se considera inmodificable. Se dice que, si bien Dios hizo el mundo, los holandeses, restándole espacio al Mar del Norte, hicieron a Holanda.

Es aconsejable reflexionar acerca de las implicaciones de la ubicación y las características geográficas de una nación. Sin llegar al extremo de aceptar que geografía es destino, sugiero que hay aspectos económicos, culturales, militares y de relaciones internacionales que, de una u otra manera están determinados por la geografía.

Tomemos por ejemplo el caso de un país bioceánico y amazónico, con territorio insular en el Mar Caribe, ubicado en la esquina noroccidental de Suramérica, en cuyo territorio la Cordillera de los Andes se divide en tres grandes ramales. Su conformación topográfica es comparable a la de Afganistán.

Si se tiene en cuenta que la ocupación poblacional de origen europeo tuvo lugar a determinada altura sobre el nivel del mar por razones climáticas y que el país tiene una dotación hidrológica favorable, sería razonable deducir que tendría cierta ventajas y desventajas atribuibles a la geografía.

La biodiversidad originada en la multitud de microclimas y pisos térmicos, así como la variedad de aves y de frutas, serían un valioso atractivo turístico. Ese país no estaría obligado a escoger entre la vocación continental y la vocación marítima. Tendría las dos. Las pretensiones de un gobernante centroamericano sobre su territorio insular harían necesario disponer de una fuerte capacidad aeronaval.

La fragmentación topográfica daría lugar al surgimiento de regiones fuertes, con particularidades económicas y culturales y con capacidad de hacerle cierto contrapeso al poder político central. La dificultad para imponer poder desde la ciudad capital sería un factor de equilibrio que introduce un sesgo a favor del régimen democrático.

El transporte terrestre este-oeste sería un reto de ingeniería significativo. La aviación comercial tendría un desarrollo temprano. La ubicación intermedia entre Canadá y la Argentina llevarían a su aeropuerto principal a tener uno de los mayores movimientos de pasajeros de América Latina. La ubicación geográfica también tiene consecuencias geopolíticas.

Colombia ha sido poco receptiva a las iniciativas bolivarianas que enfatizan la orientación hacia el sur. Declinó la propuesta de ingresar al Mercosur en vez de suscribir el TLC con Estados Unidos. El país comparte con Egipto la peculiaridad de que su principal río navegable fluya del sur hacia el norte. Cuando Marco Fidel Suárez acuñó la expresión Respice Polum, estaba describiendo lo que ya existía. Los estrechos vínculos económicos y políticos con las democracias industrializadas corresponden tanto a la tradición diplomática de Colombia como a su orientación geográfica.

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