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Analistas 27/04/2023

El poder de la tecnocracia colombiana

Rodrigo Botero Montoya
Exministro de Hacienda

El 21 de abril participó en un foro sobre políticas públicas el gerente general del Banco de la República, Leonardo Villar, quien habló sobre la situación macroeconómica y el problema inflacionario. La presentación y la discusión posterior pusieron de presente la importancia de la independencia del banco central como parte integral del ordenamiento institucional del país.

El Banco de la República, cuyo centenario de fundación se celebra este año, goza del merecido prestigio que le asignan la calidad de sus funcionarios técnicos y la responsabilidad de su Junta Directiva. Además de ser el defensor de la moneda sana y el buque insignia de los cuadros técnicos del Estado, el Banco, con el Ministerio de Hacienda, es un interlocutor privilegiado de Colombia ante la comunidad financiera internacional. Tanto a nivel de la clase dirigente como de la opinión pública se ha consolidado el convencimiento de que la independencia del Emisor es un tesoro nacional que se debe valorar y proteger.

La presencia de Leonardo Villar en la Gerencia del Banco es una demostración de la independencia de éste, así como del poder que tiene la tecnocracia. El gobierno anterior desplegó toda su influencia para imponer en la Gerencia del Banco a un candidato propio. La Junta Directiva del Banco, a quien le corresponde designar al Gerente, hizo caso omiso de la presión gubernamental y eligió a un candidato que garantizaba la independencia del Banco frente al poder político.

Haber consagrado esa independencia es un acierto de la Constitución de 1991 que le ha servido bien al país. Eliminar la posibilidad de que el gobierno presione al banco central para que financie el gasto público con recursos de emisión es un logro institucional significativo, cuyas implicaciones trascienden el ámbito estrictamente monetario. Las ventajas de tener una autoridad monetaria comprometida con el objetivo de mantener una inflación baja y estable son conocidas: protege el ingreso real de las familias; estimula el ahorro en la moneda nacional; fortalece el sistema financiero; permite desarrollar el crédito hipotecario y facilita la financiación de los hogares, las empresas y el gobierno. Gracias a la credibilidad que ha adquirido el Banco de la República, los mercados financieros se están comportando con la expectativa de que la política monetaria logrará superar el repunte inflacionario actual en un plazo razonable.

Los gobiernos populistas disienten del concepto de la independencia del banco central. Pero América Latina ofrece lecciones elocuentes de las consecuencias de someter a los bancos centrales a la voluntad discrecional de los presidentes.

La tecnocracia del Emisor y su Junta Directiva contribuyen a evitar que se adopten decisiones impulsivas al actuar como un elemento de freno y contrapeso al interior del gobierno. La independencia del Banco de la República es, al mismo tiempo, un pilar de la estabilidad económica del país y un factor de consolidación del régimen democrático.

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