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Analistas 09/09/2022

Prepararse para el conflicto

Ricardo Mejía Cano
Gerente de Saladejuntas Consultores

Es una multinacional del libro, con 9.000 colaboradores, presencia en más de 20 países y con participación en la industria editorial, las comunicaciones, la educación y el turismo. A su fundador, un andaluz, lo cogió la guerra civil muy joven probando como carpintero, pintor, bailarín y otros oficios. Se enroló con los nacionales y alcanzó el grado de capitán en La Legión Española.

Terminada la guerra se fue a Barcelona y allí probó una nueva profesión: Vendedor de libros. Se encontró a sí mismo. En 1944 compró Editorial Tartessos, funda Editorial Lara y en 1949 Editorial Planeta. Su visión le llevó a crear el Premio Planeta, que está cumpliendo 70 años de permanentes éxitos. Sus fortalezas en sus inicios fueron la publicación de los grandes escritores españoles, las traducciones de los escritores norteamericanos y la venta a crédito de la Enciclopedia Larousse.

Entre 1980 y el 2000 se concentró en expandir a Planeta en España y Latinoamérica: compró las editoriales Seix y Barral, Ariel, Espasa Calpe y varias editoriales en México y Argentina. La expansión internacional del 2000 en adelante le tocó a su hijo José Manuel Lara Bosch.

Si bien Lara Bosch había ocupado todos los cargos posibles en la editorial y estaba perfectamente preparado para reemplazar al padre, este trató de mantenerse en el poder hasta poco antes de cumplir los 90 años. Después de una larga y penosa enfermedad degenerativa murió en el 2003.

Dos cualidades acompañaron a Lara Hernández en la creación de su poderoso grupo empresarial: una capacidad especial para superar situaciones difíciles, desarrollada en su lucha diaria contra el hambre durante su infancia y su arrojo y arrebato, desarrollados en sus años de legionario.

Construyó el imperio a la manera antigua: Un olfato especial para los negocios, mucha tenacidad, poca compasión y gran destreza para moverse en los círculos de Franco, de cuya familia no sólo fue amigo, sino que contribuyó económicamente al fortalecimiento de los sectores conservadores que le apoyaban.

Al asumir Lara Bosch manifestó: “No he tenido que hacer muchas putadas porque mi padre ya las hizo casi todas”. Fue una transición forzosa y difícil porque padre e hijo nunca se entendieron bien. Muerto el patriarca, el hijo pudo desplegar todas sus habilidades de empresario audaz, creativo, impaciente y extrovertido. Desafortunadamente 10 Coca-Colas, 10 cafés y tres paquetes de tabaco diarios acabaron en el 2015 con la vida de este gigante de las comunicaciones. Fue un verdadero gigante: tuvieron que ordenar un féretro especial para este hombre de casi 2 metros de estatura y 150 kg.

A Bosch le sucedió su hijo José Lara García, quien, como su padre y abuelo, no tiene agallas. Deseoso de concentrar todo el poder buscó el apoyo del presidente del Gobierno español de la época, Mariano Rajoy y de otros importantes dirigentes, con el fin de desplazar al presidente de la junta directiva, José Creuheras, quien había contado siempre con el respaldo del abuelo y del padre. Enterado Creuheras del complot, con el apoyo de la junta y de la familia, sacó de tajo al ambicioso heredero.

Poco a poco a Lara García lo sacaron de todos los cargos de dirección de las empresas del grupo, agravando el conflicto familiar.

Llevan dos transiciones traumáticas. Hay solo dos tipos de empresas familiares, las que aún no tienen conflicto y las que ya lo tienen. Se deberían preparar para sortear los conflictos.

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