.
Analistas 30/06/2023

¿Cuál equidad?

Ricardo Mejía Cano
Gerente de Saladejuntas Consultores
La República Más

Por fortuna nunca, en mis más de siete décadas de existencia, he conocido a alguien, ni aquí en Colombia ni en los años que viví en el extranjero, que manejase dinero, bien fuese en pesos, dólares, euros, libras esterlinas, marcos, pesetas, yenes u otras denominaciones, en bolsas de basura o en maletas de viaje.

Por el contrario, en muchos países los gobiernos y sus líderes hacen enormes esfuerzos por bancarizar la economía. No es extraño encontrarse con sucursales bancarias sin efectivo, pues en la medida que las economías se formalizan y sus ciudadanos entienden que sin transparencia no puede haber equidad, las transacciones se realizan a través del sistema financiero.

Es imposible alcanzar la equidad si una parte de la economía funciona de manera formal, transparente, a través de los bancos, mientras otra parte se maneja de manera turbia, subterránea, escondiendo el origen y destino de los recursos.

Por supuesto no me refiero a los vendedores ambulantes, al pequeño tendero, al comerciante del rebusque, cuyo único objetivo es conseguir algo de efectivo para pagar la comida del día y el pago de la renta. Ellos también se deben formalizar; pero hay que facilitarles el cambio.

¿Puede un país, donde la cultura del narcotráfico invadió todas áreas de la economía, donde los narcotraficantes mueven todo su dinero y ganancias en efectivo, sin dejar ninguna trazabilidad, alcanzar la equidad?

¿Puede un país, dónde el gobierno premia al narcotraficante y al delincuente y castiga a quien se comporta con transparencia y con compromiso con la comunidad, hablar de equidad?

¿Puede un gobierno hablar de equidad y transparencia, cuando en lugar de dar ejemplo, actuando de manera diáfana y clara, todo lo hace de manera turbia y secreta?

¿Puede haber equidad cuándo los ciudadanos buenos, que somos la mayoría, manejamos las cuentas a través de la banca y por tanto somos fácilmente grabados con impuestos, mientras los narcos, los delincuentes y altos funcionarios del gobierno manejan pesos y dólares en bolsas de basura y en maletas de viaje?

¿Cómo es posible que el actual gobierno hable de equidad, cuando está promoviendo la cultura del narco y del delincuente, cuándo los mismos funcionarios del gobierno esconden el origen y destino de sus recursos?

¿Cómo puede hablar de equidad y al tiempo quiere destruir el sistema financiero, que finalmente es el que permite saber quién tiene rentas de un trabajo formal y legal, para gravarlo y sacarle una tajada en impuestos?

¿Cuánto dinero están moviendo los funcionarios de este gobierno en bolsas de basura y en maletas de viaje, del cual la Dian nunca sabrá de su existencia, menos de su origen ni destino y por tanto no podrá gravarlos con impuestos para construir escuelas y carreteras, que es la mejor inversión en equidad?

El gobierno nunca tendrá éxito en sus reformas sociales, si además de ayudar a narcos y delincuentes a continuar con sus actividades al margen de la ley y de la Dian, se dedica a imitarlos.

Así nunca mejoraremos en equidad.

Nota: ¿Se puede hablar de equidad, cuando el gobierno reconoce que algunos de sus funcionarios son drogadictos y mentirosos y sin embargo los ratifican en sus cargos? ¿Será que tienen programado a Benedetti para suicidarse en Venezuela?

Conozca los beneficios exclusivos para
nuestros suscriptores

ACCEDA YA SUSCRÍBASE YA

MÁS DE ANALISTAS

ÚLTIMO ANÁLISIS 15/12/2025

Higiene intelectual

‘La vacuna contra la insensatez’, es el libro en el que ese profesor y filósofo, José Antonio Marina, analiza cómo pensamos, porque nos equivocamos de manera tan previsible

ÚLTIMO ANÁLISIS 16/12/2025

Experiencias valiosas de aprendizaje en tiempos de incertidumbre

La incertidumbre no se supera con más contenidos, sino con mejores experiencias de aprendizaje. Experiencias que conecten el conocimiento con la realidad, que integren tecnología, reflexión y acción

ÚLTIMO ANÁLISIS 17/12/2025

APP 2025: rendir cuentas también es rendir sentido

Rendir cuentas, entonces, no es solo presentar balances. Es demostrar que la alianza público-privada puede ser una herramienta ética y eficaz para cuidar la ciudad y activar el territorio