¿Aliado y guardián?

El trabajo en casa, las reuniones virtuales, los cambios regulatorios, la importancia de la agenda ambiental, social y de gobierno, la cada vez mayor exposición de las miembros de la junta directiva a denuncias de carácter civil y penal, además de todos los temas legales de una compañía, son factores que han hecho que el trabajo del director jurídico de las empresas tome mayor relevancia y complejidad.

Los cambios tecnológicos y la constante innovación han obligado a las empresas a ser mucho más ágiles en la manera como plantean y hacen seguimiento a sus estrategias. El equipo de gerencia debe estar muy atento a estos cambios y diseñar planes de acción, que deberán ser discutidos con la junta directiva. Con el fin de que los aportes del director jurídico, además de su visión legal, tengan profundidad en cuanto al modelo de negocios, muchas empresas han empezado a entrenarlos en temas como finanzas, ventas, producción, gestión del talento, tecnología de la información, etc. Quieren que sus aportes no se limiten al área jurídica.

¿Debería el director jurídico desempeñarse también como secretario de la junta directiva, o debería enviar un abogado de su área para que haga las actas y asesore a la junta en temas legales? Si bien algunas compañías tienen separadas dichas funciones, con la tesis de que el director jurídico reporta al presidente ejecutivo y el secretario de la junta debe reportar funcionalmente al presidente de la junta, la tendencia general es que el director jurídico se desempeñe también como secretario general.

En la medida que este adquiere una visión integral de la empresa, participa activamente en el comité de gerencia y aporta con su visión y experiencia, su participación en la junta puede además de orientarla jurídicamente, enriquecerla con su visión del entorno y del futuro de la compañía. En este caso el director jurídico dependerá administrativamente del presidente ejecutivo y funcionalmente del presidente de la junta directiva.

Desafortunadamente una función tan importante como la secretaria de la junta, en muchas empresas de tamaño mediano y aún grandes, la desempeña un miembro de la junta o alguien sin la debida preparación y sin formación legal. Se pierden los aportes de un miembro de junta y se corren riesgos por falta de orientación jurídica.

Para Jörg Thierfelder, experto de Egon Zehnder, en las funciones de los directores jurídicos estos deben tener la posibilidad de reportar temas controversiales de la compañía al presidente de la junta directiva.

Ben Heineman, cuando se desempeñaba como vicepresidente Jurídico de General Electric, hacia las dos funciones. Como VP Jurídico era un aliado del presidente ejecutivo y del equipo gerencia, pero como secretario de la junta, reportaba al presidente de ésta y debía actuar como guardián de la compañía. La junta esperaba que si el equipo de gerencia tomaba decisiones contrarias a la ética o a los valores de la compañía, Heineman lo reportara a la junta. Por fortuna nunca tuvo que hacerlo.