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Analistas 04/09/2022

En la mitad de ninguna parte

Ramiro Santa
Presidente Sklc Group
La República Más

El director general del evento Internacional del Automóvil afirmó que en estos tiempos de incertidumbre muchas marcas de vehículos no van a participar; por su parte el presidente del Centro Palexpo de Suiza afirmó que “…debido a la incertidumbre de la economía y la geopolítica mundial, así como ,los riesgos relacionados con el desarrollo de la pandemia…”, no obstante esa decisión para otros se convirtió en una oportunidad y este año Qatar, hará el más impresionante evento del automóvil que tendrá lugar en el nuevo centro económico del mundo, Doha Qatar.

La historia también nos cuenta que en otros tiempos de incertidumbres por enfermedades y la situaciones económicas y políticas llevaron a visionarios, emprendedores y casualidades a desarrollar comercio y posteriormente industrias que son reconocidas por su capacidad de producir riqueza, conocimiento y trabajo pese a que los productos no son originarios de esos países. De América los descubridores y colonizadores llevaron a Europa papa, cacao, tomate, pimiento, y también vainilla, calabaza, aguacate, piña, tabaco, yuca, maíz, frijol, papaya, pavo entre otros. En este enriquecimiento racial y cultural los europeos llevaron a América el trigo, los garbanzos, las lentejas, la caña de azúcar, el arroz, la cebolla, el perejil, el cerdo, la gallinas y el ganado vacuno.

Recientemente el hemisferio sur de América, particularmente Chile y Argentina, se ha vuelto gran proveedor de alimentos de origen del hemisferio norte durante el invierno como manzanas, ciruelas, durazno y hasta salmón. En el mismo sentido el café, la caña de azúcar, la palma de aceite y el algodón de origen africano, el arroz asiático y el ganado vacuno de Europa encontró en los países de Suramérica una buena oportunidad y desde hace muchos años se exporta a todo el mundo.

En la nueva narrativa mundial donde todos se quieren diferenciar, pero también ser reconocidos en la diferencia, los términos como “a la italiana” o “a la rusa” por el uso del tomate y papa de origen suramericano tendría una buena discusión, así como la niña española que se pregunta por que teniendo padres, abuelos y ascendencia totalmente gallega en un estudio de ADN tiene 47,5% de ibérica; 33,1% de italiana; 14,5% de Europa del nordeste; 3,9% de finlandesa; 1,0 de judía askenazi o la señora de Argentina de abuelos italianos, en el estudio de su ADN resulta con 52,7% de Portugal y España; 13% griega e Italia; 10,8% de Mesoamérica; 7,6% de Asia; 7,5% de África; 3,6% inglesa; 2,1% del medio oriente; 1,6 Irlandesa 1,1% nigeriana. Extrapolando estos resultados la riqueza de la mezcla racial de los brasileros, los venezolanos, chilenos, peruanos y los demás países que recibieron miles de inmigrantes de las posguerras y crisis económicas mundiales debe ser tan variada como su gastronomía y cultura.

En esa lógica de un mundo globalizado, pluriétnico multicultural y rico en diferencias, que han crecido a través de dinámicas económicas, sociales, políticas y hasta espirituales y, donde las fertilizaciones cruzadas han llevado a la humanidad hasta este estado de desarrollo y respeto sea prioridad discutir o argumentar razones de razas puras, etnias o pertenencias a regiones cuando lo que esta en juego en el mundo la especie humana; sin distingo de raza, género, nacionalidad, gustos o creencias que lo único que logran es separar y generar conflictos.

La invitación es a pensar en cuales son los deberes humanos y en coherencia actuar con generosidad y solidaridad para seguir construyendo desde lo social, cultural, económico y ambiental una sociedad mas equitativa, justa y transparente, sin caer en las trampas de las diferencias y el odio.

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