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Analistas 18/07/2021

Del campo colombiano a la mesa europea

Ramiro Santa
Presidente Sklc Group

Los empresarios del campo son los héroes y protagonistas de la vida y salud de las personas, del ambiente y de la economía. Los países que hacen parte de la Unión Europea, consientes de la responsabilidad que tienen con su gente, sus riquezas ambientales y de su soberanía, vienen desarrollando una estrategia bajo los pilares de energía limpia, industria y movilidad sostenible, biodiversidad, cero contaminaciones y del campo a la mesa.

Los resultados de esa estrategia -además de ser la demostración de una línea ética relacionada con el cuidado- significa un modo diferente de relacionarse con el resto del mundo pues supone que las obligaciones, estándares y regulaciones son extensivas a los países y empresas que quieran ser o seguir siendo jugadores en las economías europeas y próximamente del mundo. Dicho en otras palabras, el que quiera comerciar con ellos debe acogerse a este nuevo orden.

Lo anterior se traduce en que exportar productos desde el campo colombiano a la mesa de los europeos va a suponer la no utilización de algunos plaguicidas químicos, producir respetando los servicios ecosistémicos, evitar la deforestación, tener trazabilidad en la cadena de suministro, incluir un etiquetado nutricional y etiquetado sostenible que refleje el respeto de los Derechos Humanos.

Este nuevo enfoque, visto desde la óptica de la oportunidad y no del obstáculo, tiene dos vectores: el primero el de la participación de las discusiones en Bruselas con un equipo de empresarios, técnicos, organizaciones de la sociedad civil ante la Unión Europea con el fin que los estándares y la regulación exigida sea realista y cumplible. El segundo vector es la aproximación al sector agropecuario con criterios de sostenibilidad. Esta deberá iniciar con la identificación de riesgos, las medidas de manejo, el seguimiento sistemático y permanente, la evaluación y la rendición de cuentas de los aspectos sociales, ambientales, culturales, tecnológicos y prácticos que deben ser evidenciados en los ejercicios de debida diligencia, que a su vez serán la carta de presentación ante los clientes, financiadores y agencias de cooperación.

Si a los dos vectores se les suma una narrativa de contexto sobre lo que significa socialmente esas grandes historias, del impacto para la región y el país, del significado de cada producto en esfuerzo, valentía, construcción de paz y compromiso con la biodiversidad, el agua y hasta en el enfoque diferencial, cuando sea del caso. El resultado será que los productos colombianos se convertirán en los mas apetecidos, no solo por su calidad, sino también por su capacidad de construir futuro para unas comunidades, una región y para el mundo entero al ser Colombia un país amazónico, Andino, con océano Atlántico y del Pacífico pero poco o mal conocido.

Es claro que empresarios de productos como banano, aguacate, café, aceite de palma, cacao, flores y los gremios en alianza con el Ministerio de Comercio* y de la mano de ProColombia,* están ya sentados en las mesas para poder explicar, entender, defender y lograr acuerdos. Este es ya el momento para que todos los empresarios del campo y de la industria de alimentos asuman la cultura de la identificación de riesgos, auditorías, debidas diligencias para ganarse esos mercados más exigentes y la cooperación internacional.

*https://www.tlc.gov.co/acuerdos/vigente/union-europea Enlaces e información de interés/Memorias de Eventos/ Seminarios 2021 Desafíos y oportunidades ante nuevos requerimientos de los mercados internacionales en materia de sostenibilidad y debida diligencia.

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