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Es peligroso, siguen las clasificaciones y vienen de la mano de la pugnacidad y las estigmatizaciones ¡Gracias, es justamente lo que NO necesitamos ahora! No puede ser que en momentos en los que estamos ávidos de coordinación entre los gobiernos locales y el nacional no logremos superar eso de ‘yo soy de izquierda o de derecha y por eso lo hago mejor’ ¡Qué argumento tan pobre! Lejos de ayudarnos a superar la crisis, las ideologías nos pueden hundir más en medio decisiones egoístas con las que resulta más fácil echarle la culpa al otro, que asumir una responsabilidad.
Y acá me refiero a lo que dijo Claudia López en un foro virtual: “yo aquí lidero la ciudad capital con un gobierno de centro izquierda, frente a un gobierno nacional de derecha, donde la presión es volver a la normalidad”. Y le pregunto ¿es en serio alcaldesa?
Es decir, ¿usted lo hace bien porque es de centro izquierda y el presidente lo hace mal porque es de derecha? Primero, la izquierda o la derecha no son garantía de éxito en la lucha contra la pandemia. Si no voltee a mirar lo que pasa en Brasil y México. Uno de derecha y el otro de izquierda y los dos con decisiones erráticas y cifras disparadas. Le pongo otros dos ejemplos, los exitosos.
Primero el de Alemania, con Ángela Merkel: lo ha hecho muy bien, va a la cabeza en las medidas aperturistas de Europa, y es de derecha. O Corea del Sur, el mayor caso de éxito en el mundo, y sí, con un presidente de izquierda, pero que contrario a implementar disposiciones restrictivas nunca ha decretado una cuarentena. Entonces por favor, alcaldesa, no nos ponga frente a falsos dilemas.
Si se trata de comparaciones, Bogotá no es precisamente la ciudad de mostrar: tiene el 40% de los casos del país y ya no nos convence la explicación de que el virus entró por el aeropuerto y la culpa es del Gobierno Nacional. Revisemos, por ejemplo, lo que está pasando en Kennedy: es la localidad que más contagiados tiene; si estuviéramos hablando de una ciudad, sería la tercera con más casos en Colombia.
Allí, hasta la semana pasada, no se respetaba la cuarentena, no había controles del Distrito y las personas se veían por montones en las calles. Evitar la propagación del virus dependía de implementar una vigilancia a tiempo y no del confinamiento total que empezó este lunes.
Claudia López es la única que en sus discursos siempre se autoimpone un lenguaje de competencia y disputa con el nivel presidencial. A otros alcaldes los vemos cooperantes y proactivos. Por ejemplo, en Cali, Jorge Iván Ospina ha colaborado con la reapertura gradual de la ciudad, incluso la postuló para ser sede en la nueva fase del fútbol colombiano.
Y en Medellín, que sí es el ejemplo de mostrar, el alcalde Daniel Quintero, se ha hecho a un discurso absolutamente conciliador y constructivo; en vez de estar peleando con lo que decide el Presidente, se ha dedicado a crear soluciones, a promover la cultura ciudadana y los hábitos del autocuidado y a levantar la mano para liderar proyectos de investigación. Su mayor resultado, es un verdadero aplanamiento de la curva.
Entonces, el llamado es a hacerse responsable por lo que toca, que no aparece en un manual de izquierda o derecha. La clave es aportar, con menos egoísmos y competitividad y más solidaridad y la autocrítica.