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Analistas 08/02/2023

Listas cerradas o nada

Maritza Aristizábal Quintero
Editora Estado y Sociedad Noticias RCN

Las listas cerradas los son todo en la Reforma Política. Sin ellas no quedaría nada, solo un esquelético articulado con aspiraciones de llamarse “Reforma”; puras arandelas con apartes que hablan de “la democratización de los partidos”, párrafos oportunistas como los que le abren la puerta a los congresistas para que sean nombrados ministros y otros un poco más solapados como el que les permitiría lanzarse a alcaldías o gobernaciones. Mejor dicho, sin listas cerradas esa reforma se convierte en un retazo de caprichos personales, favores políticos y cálculos electorales.

Y ya sé que este tema genera profundas discusiones y debates, sobre todo entre figuras jóvenes que creen que si no hubiera sido por la posibilidad de participar en una lista con voto preferente, nunca habrían llegado al Congreso.

No sé que tan cierto sea eso, estaríamos jugando en el mundo de la probabilística; en cambio, sí es cierto que por cuenta de las listas abiertas llegaron al Congreso, los Ñoños y las Musas, los Mario Castaño o los Eduardo Pulgar, y claro, la larga lista acuñada en el capítulo de la parapolítica. Es decir las listas abiertas consolidaron a congresistas y casas políticas que se ganaron un espacio, no por su liderazgo, sino por el clientelismo, las maquinarias, el poder corruptor de la compra de votos o la alianza con grupos criminales. No son todos los casos, ¡claro!, muchos llegaron allí por la fuerza de sus ideas y el voto de opinión, con un trabajo juicioso, un propósito y una tarea por hacer, sin embargo todos ellos coinciden en que fue duro hacer campaña y hacerse escuchar en un sistema electoral donde lo que suena más es el caudal apabullante del dinero que compra electores.

Hablemos del caso de JotaPe Hernández, quien llegó al Congreso en un lista abierta. Él es un Senador joven independiente, con una identidad propia, que no el da miedo decir lo que hay que decir porque no le debe favor alguno a nadie. Pero, ¿acaso es justo que para ganarse esa curul JotaPe haya tenido que endeudarse, vender todo y quedar casi que en manos del sistema financiero? ¿No sería mejor que los partidos tuvieran mecanismos democráticos de elaboración de listas que garanticen que los mejores perfiles ocuparán los primeros puestos? ¿No sería más transparente una financiación que pone a todos bajo las mismas condiciones de competencia? En un sistema con listas abiertas es fácil para quien tiene la plata, el poder o las maquinarias, pero el que no tiene ninguno de esos tres recursos, debe hacer esfuerzos sobrehumanos para rivalizar al lado del seductor voto fácil que cede a cambio de $50.000, un desayuno o un tamal.

Claro, es válido el temor de quedar a merced de un “todopoderoso” que entregue o niegue avales. No queremos ni la dictadura del bolígrafo, ni las prácticas apabullantes de la compra de votos, ahí será clave la reglamentación de la ley.

Habiendo dicho todo esto, también creo que las listas cerradas y bloqueadas están destinadas a hundirse una vez más ¡Es una lástima! eso sí hubiera significado una revolución en el sistema electoral colombiano. Ya veremos en qué termina todo esto, pero, en mi opinión, sin listas cerradas y paritarias la Reforma se queda sin alma; en ese caso lo mejor sería hundirla del todo para darle una digna sepultura.

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