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Analistas 26/05/2021

El mejor escenario

En junio se llega a algún tipo de acuerdo con los promotores del paro, o parte de ellos. Se tratará de algunas concesiones de menor impacto político, otras tendrán mayor costo fiscal, como una versión de la renta mínima universal. Habrá una reforma del Esmad, se ampliará la cobertura gratuita de la educación superior, no se podrá fumigar la coca y cosas por el estilo. La mayoría de los bloqueos se levantarán, aunque persistirán focos de protesta en algunas regiones, como en el Valle del Cauca.

El gobierno logra aprobar una mínima reforma tributaria que, básicamente, reversa las prerrogativas empresariales otorgadas en la reforma anterior. Las otras dos calificadoras de riesgo revisan el grado de inversión del país a la baja, el daño ya está hecho. Sin embargo, la inversión extranjera en deuda pública se mantiene, con tanto dinero dando vuelta en la economía mundial buscando rentabilidades, algo va a llegar al país; Colombia al igual que Brasil, Turquía y México será otro ángel caído.

Los precios mundiales de los commodities siguen su recuperación, el petróleo no será la excepción. Tendremos barril arriba de US$65, lo anterior permitirá contrarrestar las presiones devaluacionistas del peso. Esto favorece el manejo de la inflación, que se mantendrá con expectativas bajas durante el fin del año y buena parte del entrante.

El plan de vacunación, lánguido por la ausencia de dosis y la kafkiana incompetencia del gobierno, se acelera durante el segundo semestre. Empieza a revivir lentamente la economía, especialmente el sector terciario. Las muertes por covid caen y la situación crítica en los hospitales cesa. Para Navidad, se puede pensar en cierta normalidad, aunque el crecimiento de la economía será mucho menor que el esperado y el desempleo seguirá muy alto. Es posible para esta época un pequeño rally accionario.

El gobierno ya es un pato rengo y continuará su descenso, la coalición parlamentaria a duras penas le sirve para evitar que se le caigan los ministros del gabinete como guayabas maduras. Olvídense de cualquier iniciativa de reforma, el gobierno intentará presentar insulsos proyectos de ley como grandes avances, pero todo será un ejercicio patético. Las renuncias continuarán y veremos a funcionarios cada vez más desconocidos y menos idóneos en los carros oficiales.

Todo gira alrededor de las elecciones, anticipadas en muchos meses. La derecha nos asustará con el coco de Petro; Petro se pondrá su mejor uniforme de piel de oveja. Las encuestas tienen razón, el uribismo está desgastado y, a pesar de la agitación social, la izquierda extrema solo obtiene una tercera parte de los votos. Algún tipo de coalición de centro se logra, pasa a la segunda vuelta Alejandro Gaviria, Sergio Fajardo, Humberto de la Calle o algún otro estadista moderado y le gana al candidato de los extremos. El país empieza a una lenta reconstrucción económica, la implementación del proceso de paz continúa y las heridas sociales se encausan institucionalmente. Este es el mejor escenario. Cualquier otro es peor.

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