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Analistas 19/05/2021

Cordón sanitario

Consternación entre el establecimiento ha causado la reunión de Gustavo Petro y algunos miembros de la comunidad judía colombiana. Las imágenes muestran que el ágape aconteció en una elegante edificación, con reunión a manteles, discursos introductorios y el consabido y distanciamiento social.

En un comunicado sobre el evento, la Confederación de Comunidades Judías de Colombia, la entidad organizadora, aclaró que se trataba de una reunión de las muchas que tendrán con los diversos candidatos presidenciales, saliéndole al paso a las críticas que llovieron de todos los lados, incluidos miembros de la misma comunidad que enviaron cartas distanciándose del encuentro.

Obviamente que los judíos se podrán reunir con quien les venga en gana. Sin embargo, llama la atención que la primera de estas reuniones hubiera ocurrido con una persona que desde tiempo atrás ha sido un crítico feroz del estado de Israel (“levanto mi voz en contra del asesinato de palestinos”, es uno de sus trinos, “el estado de Israel discrimina a los palestinos como los nazis a los judíos”, es otro). La comunidad judía, mejor que cualquier otra, debería saber que contemporizar con demagogos es un juego muy peligroso.

Y ese, precisamente, es el problema de la reunión. Petro no es un demócrata. Para gente como él, la democracia es a la vez un medio y un obstáculo para realizar sus ilimitadas aspiraciones personales.

En este momento a Petro le conviene ponerse la piel de oveja, jugar con las reglas del juego -mientras le favorezcan-, presentarse como un moderado, aunque no sea, aparentar ser una persona que departe con los empresarios, así los abomine. Después, si llega al poder, mostrará los colmillos con persecuciones y con expropiaciones, subvirtiendo el estado de derecho cuando este se convierta en una camisa de fuerza que le impida hacer lo que se le venga en gana.

La manera de afrontar a los demagogos en las democracias es tender un cordón sanitario a su alrededor. Es dejar claro que los de su estirpe no son aceptables, así el sistema que secretamente detestan, los acomode. Fue la manera como quedó aislada la candidatura neo fascista de Le Pen en Francia, el partido neo franquista Vox en España, los comunistas italianos durante la guerra fría, el partido de ultra derecha AfD en Alemania y muchos otros. Y es lo que ha debido hacer el partido republicano en Estados Unidos con Trump antes de que este se lo fagocitara.

Un cordón sanitario fue el que los miembros de la Coalición de la Esperanza tendieron al negarse a pactar con Petro acuerdos politiqueros, a pesar de la insistencia de este último. Esto no ha sido fácil. Uno podrá estar en desacuerdo con personas como Jorge Enrique Robledo o Ángela María Robledo, pero es claro que ellos aceptan las reglas democráticas; Petro, en cambio, solo las respeta mientras le sirvan o no lo incomoden. Por eso la reunión celebrada con la comunidad judía, más que un simple encuentro informativo, es el rompimiento de un dique sanitario por el lugar menos esperado, con consecuencias que todos vamos a lamentar.

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