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Analistas 06/05/2025

Los colombianos y la religión

Luis Felipe Gómez Restrepo
Profesor Universidad Javeriana Cali

El último libro del economista Eduardo Lora, ‘Los colombianos somos así’, busca desentrañar la identidad nacional a partir de lo que revelan los datos estadísticos. Basado en encuestas de confiabilidad internacional y del Dane, el texto expone algunas tendencias preocupantes y otras alentadoras sobre lo que viven y piensan hoy los colombianos. En esta columna quiero centrarme en las transformaciones en el ámbito religioso.

El “globo” católico se desinfla mientras que otras confesiones cristianas toman fuerza. Desde la Constitución de 1991, que declaró al Estado colombiano como laico y garantizó la libertad de cultos, se ha acentuado el pluralismo religioso. Hoy, solo 70% de los adultos se identifican como católicos, mientras que 14,3% se reconocen como protestantes, evangélicos o pentecostales. Según Lora, “el catolicismo no ofrece el consuelo y la solidaridad que requieren los creyentes cuando pasan por momentos de estrés emocional”. Estas situaciones incluyen la penuria económica o la experiencia de ser víctimas de la delincuencia. Los jóvenes, en particular, son quienes más se alejan.

Un 10% de las personas afirma creer en un ser superior sin vincularse a ninguna religión, y apenas un 5% se declara agnóstico, ateo o sin definición religiosa. Aun así, para un 67% lo religioso es muy importante en su vida; solo un 17% dice que tiene poca o ninguna relevancia. En cuanto a identidad, 41% siente que la religión los define como personas. A nivel global, Colombia ocupa el octavo lugar en identificación con alguna religión.

En cuanto a prácticas religiosas, al preguntar a los mayores de 9 años si rezan o asisten a misa en un día determinado, se observa que en la zona central del país lo hace menos de 25%, mientras que en la zona oriental alcanza 30%. Las personas con mayores ingresos tienden a ser menos religiosas. Como ha ocurrido desde los tiempos de Jesús, las mujeres son más religiosas que los hombres, y en general, con la edad crece la religiosidad, tanto en hombres como en mujeres.

Las posturas frente a temas complejos como el aborto, la eutanasia o el matrimonio entre personas del mismo sexo también revelan diferencias según la confesión. Los agnósticos y ateos se muestran mayoritariamente favorables (entre 80% y 90%), mientras que evangélicos, protestantes y testigos de Jehová presentan menor aceptación (entre 30% y 11%). Los católicos aparecen divididos: un 25% apoya la despenalización del aborto, un 63% es favorable a la eutanasia, y un 34% respalda los matrimonios igualitarios.

Por último, cuando se exploran estándares morales en temas sociales como evadir impuestos, fingir enfermedades o aprovecharse de un beneficio indebido, 47% de los católicos respondió afirmativamente al menos a uno de estos comportamientos. Esto sugiere una mayor flexibilidad moral en ciertas áreas.

El panorama muestra una religiosidad en transición: persistente en el sentimiento, pero más diversificada y menos homogénea en sus creencias y prácticas. Recomiendo la lectura del libro de Lora, puede ayudarnos a comprendernos mejor.

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