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Analistas 29/08/2023

Durmiendo con el enemigo

Leticia Ossa Daza
Socia Directora Práctica LatAm Willkie Farr NY

¿Recuerda la película de los 90 “Durmiendo con el enemigo” en la que Julia Roberts interpreta a una mujer maltratada por su esposo? o ¿la serie de televisión “Pequeñas grandes mentiras”, en la que el personaje interpretado por Nicole Kidman es víctima de abuso por parte de su “perfecto” marido? Esa, es la situación de muchas mujeres en el mundo.

Un reciente estudio realizado por la Organización de Naciones Unidas (ONU) reveló que a nivel mundial aproximadamente cinco mujeres son asesinadas cada hora por un miembro de su familia; y esta organización estima que a nivel mundial 736 millones de mujeres -alrededor de una de cada tres mujeres- ha experimentado alguna vez en su vida violencia física, sexual o sicológica. En México, por ejemplo, según cifras del Instituto Nacional de Estadística y de Geografía, en 2022, 70,1% de las mujeres de 15 años y más ha sido víctima de situaciones de violencia (violencia de tipo sicológico, económico, físico o sexual).

Hace 20 años, la ONU proclamó en su Declaración sobre la eliminación de la violencia contra la mujer: “la violencia contra la mujer es todo acto de violencia que tenga o pueda tener como resultado un daño o sufrimiento físico, sexual o sicológico para la mujer” y cada 25 de noviembre se conmemora el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer.

Pero a pesar de las declaraciones y de las campañas de sensibilización y visibilización de este problema de salud pública - como lo declaró la Organización Mundial de la Salud hace más de 10 años, y de ser un problema que afecta a más de un tercio de las mujeres en el mundo, las cifras de violencia contra las mujeres siguen siendo alarmantes. Tan solo hace una semanas fue noticia en Colombia que Luz Mery Tristán, quien fue campeona mundial de patinaje, pionera en el ciclismo femenino y empresaria, fue asesinada en su casa y el principal sospechoso es su pareja. Sin embargo, este caso es tan sólo uno más en la larga lista de delitos cometidos contra las mujeres. Muchos de estos casos son denunciados más otros quedan en el silencio haciendo que las estadísticas carezcan de exactitud.

La violencia contra la mujer es: real y preocupante, una grave violación a los derechos humanos, un delito, una agresión física pero también sicológica…

La violencia contra la mujer no debería de causar la vergüenza o la deshonra de sus víctimas o el rechazo o el ostracismo social de estas.

La violencia contra la mujer debe de dejar de ser un tabú.

Reconocer que la violencia doméstica puede afectar a cualquier mujer independientemente de su edad, su estatus social, su nivel de educación o su nivel económico, es un paso importante para lograr un cambio cultural. Una sociedad en la que la violencia contra la mujer no sea tolerada, ni silenciada pues nada nos hace inmunes a esta, nada nos hace inmunes al maltrato y al miedo. Y si no se cuenta, no cuenta, así que no nos quedemos callad@s.

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