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Analistas 28/11/2023

¿Qué historia cuenta tu marca?

Juan Isaza
Estratega de comunicación

Corren tiempos difíciles. La incertidumbre sobre la economía o lo que ocurrirá con la estabilidad política del mundo nos preocupan todo el tiempo. Los expertos hablan de potenciales conflictos globales y en muchas ciudades, los índices de inseguridad se disparan. Los estudios nos muestran que, en mercados como Estados Unidos, la confianza del consumidor sigue cayendo. En un contexto tan pesimista nos preguntamos qué puede hacer nuestra marca para contribuir de alguna manera.

Hay algo que todas las marcas tienen y que pocas explotan: su historia. Todas las marcas surgieron por la visión optimista de un emprendedor que quiso cambiar una realidad. Nació de la intención de una madre por crear un producto que les sirviera a otras madres para alimentar mejor a sus hijos. Surgió de un deportista que quiso desarrollar localmente los productos que antes tenía que importar. O incluso, surgió porque en el mundo había una escasez global de determinados materiales y nuestro fundador encontró la manera de atender esa demanda local.

La mayoría de las historias de marca son historias muy inspiradoras. Son historias de ambición, ganas de avanzar económicamente y de traer progreso y desarrollo a una familia, pero a menudo son también historias que hablan de una visión optimista, de un deseo de desarrollar una comunidad, incluso de un sentido de orgullo país.

Sin embargo, al momento de decidir qué vamos a hacer en nuestro plan de marketing, o qué campañas vamos a desarrollar para el próximo año, partimos de los productos. No de la marca. No quiero decir que una ventaja de producto, o un nuevo servicio que queremos lanzar no pueda ser el eje de la comunicación y deba acaparar la mayor parte de la inversión publicitaria.

Lo que digo es que podríamos tomarnos un tiempo y redescubrir qué parte de esa historia de la marca o de la compañía en la que estamos podría ser relevante para el consumidor hoy. Cuáles de los valores de la marca conectarían con un consumidor que vive un momento de incertidumbre y pesimismo.

Cuáles de los principios de los fundadores de la compañía podrían inspirar a la gente para seguir adelante y, de paso, fortalecer la conexión emocional con nuestra marca.

Una cosa es la historia de la fundación y del crecimiento de una marca y otra diferente es la narrativa de la marca. Pero muy a menudo tienen muchos factores en común. Lo que la marca hizo para enfrentar el desafío de una crisis económica o la forma como ha respaldado a las comunidades locales desde su origen son parte de su historia, pero también pueden inspirar una narrativa que actúe como su propuesta de valor. No olvidemos que son las emociones las que generan las conexiones duraderas. No las características transitorias de los productos.

No deberíamos tener miedo de abrir nuestra historia y la forma como funciona la compañía por dentro como una manera de inspirar, alentar y conectar con las personas. En últimas, la historia de cada marca es única. Es quizás lo único que no puede ser copiado. Con seguridad que en aquel momento en que la marca nació era vista por muchos como una quijotada. Sin embargo, una persona, un grupo de socios o una familia lo hizo posible. Demostraron que es posible superar las adversidades y mirar con optimismo el futuro. Necesitamos urgentemente de esas historias para sentir que el mundo no va a colapsar y que vendrán tiempos mejores.

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