Veo con preocupación el silencio y distanciamiento de la mayoría los dirigentes de la clase política colombiana con respecto a la bomba de tiempo que está a punto de llegar a niveles insospechados en la vecina república de Venezuela. Los incidentes de golpes y desórdenes se trasladaron de las calles a la asamblea de diputados, presidida por el cuestionado chavista Diosdado Cabello. Algunos opositores venezolanos han denunciado con fotografías, los rostros ensangrentados que dejó la sesión de esta semana. Cabello impedía que hablara la oposición y tampoco hacía mucho cuando comenzaron a irse a los puños. Lo más grave es que el caldeado ambiente político ya traspasó la frontera de la mínima educación.
Siempre recuerdo de mi infancia las enseñanzas de mi madre Beatriz, que son muy similares a las que ahora oigo a diario de mi esposa Marta cuando encamina a nuestros hijos con respecto a las peleas y a llevar las cosas a los puños. No es una opción resolver las cosas a los puños, ni a nivel de hermanos, ni de familia, ni de trabajo y mucho menos en un escenario político. Entiendo que hay gente que en algunas regiones del país piensa lo contrario, ya que las estadísticas de violencia intrafamiliar son impresionantes. El mensaje debe ser contundente: ninguna solución a los puños es creíble ni es solución.
Algunos políticos de oposición sí se han pronunciado. “Es muy riesgoso para Colombia este hecho en Venezuela y es vergonzoso el silencio cómplice del gobierno colombiano frente a la dictadura venezolana ¿Por qué no hay ninguna manifestación ante hechos tan graves como los que han ocurrido en Venezuela?”, expresó el exministro Óscar Iván Zuluaga, quien a diferencia del gobierno de nuestro país, tuvo la decencia y deferencia de hablar y expresar solidaridad con María Corina Machado, diputada venezolana de la oposición agredida por los chavistas a golpes.
Las imágenes del incidente de Venezuela preocupan, pues para nadie es un secreto que luego de lo que pasó con la muerte de Chávez, gran parte del respaldo político internacional que tiene nuestro proceso de paz está en Cuba y Venezuela. Nos guste o no, estamos en manos de Fidel Castro y Nicolás Maduro. Al Gobierno le va a quedar difícil desprenderse de esa realidad. Quiere avanzar en la paz de la mano de Maduro, pero a nivel internacional Maduro va perdiendo rápidamente su credibilidad con incidentes como el de esta semana.
Si allá resuelven las cosas a puños por el nivel de tensión (ojalá no llegue a niveles mayores de violencia) ¿es esto benéfico para nosotros? Creo que no. El presidente Santos está llegando a la encrucijada. El proceso de paz, que viene bastante cuestionado está ahora en manos de un gobierno venezolano cerca del colapso, que pronto llegará al límite de sostenibilidad. Los que están sentados en La Habana deberían afanarse más bien por firmar rápido antes de que la bomba de tiempo estalle. Maduro en estos momentos en la región es como el matón del colegio, del cual nadie quiere ser amigo.
La paz no puede ser a cualquier costo. No sólo debemos ser cuidadosos con el proceso en sí y los acuerdos a los que se lleguen, sino que debemos tener clara la línea que divide una cosa de otra. Si Venezuela nos apoya, esto no quiere decir que todo lo que se esté haciendo en Venezuela está bien. No podremos nosotros mismos ir a defender después cualquier acuerdo de paz cuando nuestro “sponsor” resuelve las cosas a los golpes y cada vez pierde más credibilidad. Los patrocinadores de la paz no pueden ser los matones.
Ñapa: La semana pasada en este espacio expusimos una inconformidad de la población de estudiantes con interés en realizar estudios de alto nivel en el exterior. El mismo dia, la columnista Catalina Ruiz-Navarro (@catalinapordios) publicó una nota similar. La reacción de los estudiantes a las columnas en las redes sociales fue contundente. Como conclusión a la semana agitada que vivió Colciencias, ayer en el Hotel Tequendama de Bogotá se realizó un taller de explicación a los medios y a los estudiantes interesados, de cómo se van a manejar las regalías y su impacto en estudios de alto nivel como maestrías y doctorados. El programa va a iniciar con 17 departamentos, ojalá funcione y no se desvíen los recursos.