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Analistas 06/11/2020

No somos enemigos

El exalcalde de Cali Maurice Armitage recibió esta semana una condecoración en el marco de la inauguración de una nueva sede de la Institución Educativa Desepaz, al oriente de la ciudad. El alcalde actual, Jorge Iván Ospina, fue el encargado de dirigir el evento y reconoció públicamente la gestión de Armitage quien trabajó ampliamente por el sector educativo de la capital del Valle del Cauca. Durante la administración anterior, la ciudad invirtió cerca de $40.000 millones en adecuación, infraestructura y modernización de varios colegios, dentro del programa “Mi Comunidad es Escuela “.

No conozco en persona a Ospina. Recuerdo de su administración anterior cosas buenas y malas. No me pareció correcto que usara el truco de la huelga de hambre por una semana durante la campaña 2019. Al exalcalde Armitage tuve la oportunidad de entrevistarlo una vez en las viejas instalaciones de La República.

En otra ocasión, lo vi unos minutos en un restaurante al norte de Bogotá en donde expuso ante un grupo de periodistas de varios medios nacionales los resultados de su gestión. Ojalá veamos muchos más ejemplos en Colombia de reconocimientos públicos entre opositores. Al final somos un grupo de ciudadanos en busca de líderes que gobiernen para todos.

Uno de los mayores problemas del Presidente Duque en sus primeros dos años de gobierno es que, al parecer, les habla únicamente a sus votantes y especialmente a los del Centro Democrático. La nación está compuesta por afinidades políticas azules, rojas, verdes, amarillas, grises y de múltiples colores. Los asesores cercanos cuentan que oye a todos, pero difícilmente acoge las recomendaciones. Es decir, uno más de la larga lista de personajes públicos que no se dejan asesorar.

Más allá de lo protocolario del evento en Cali, las palabras de Ospina en favor de la gestión de su antecesor fueron desinteresadas, constructivas y muy poco comunes en nuestra fauna política. Ojalá los alcaldes de otras ciudades tomaran el buen ejemplo. Sería un alivio oír a Claudia López reconocer algo a Peñalosa, así como hubiera sido elegante que Peñalosa reconociera algo de Petro. Lo mismo aplica para Duque con Santos y Santos con Uribe.

Está bien utilizar a veces el espejo retrovisor, pero cobra validez cuando son capaces de reconocer lo del anterior. Nos hemos acostumbrado a una clase política experta en señalar errores de opositores y curiosamente nunca hacen autocrítica.

De las elecciones norteamericanas me quedo con la frase de Biden: “Dejemos atrás la campaña y dejemos de comportarnos como si el que piensa distinto fuera el enemigo”. Ahora que aparecieron ideas de impulsar referendos creo que es conveniente comenzar a pensar como Ospina. Es un verdadero despropósito económico y político intentar revocar a Duque a estas alturas.

Es igual de ridículo intentar destruir a la JEP y los pocos avances que ha logrado. Mejor que Roy Barreras y Álvaro Uribe dejen de inventarse trucos para seguir apareciendo en los medios. Si de verdad quieren aportar al país conviene encontrar coincidencias. La situación social y económica actual requiere que todos los líderes trabajen por el bien común. Al menos que lo intenten hacer por una única vez y dejen de pensar en reconocimientos mediáticos personales.

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