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Hasta abril de este año el presidente de Hocol, una filial de Ecopetrol, era el señor Luis Enrique Rojas. Lo sacaron en medio de fuertes tensiones entre directivos de todo el grupo Ecopetrol. Los cuestionamientos derivaron en un escándalo que terminó en los medios de comunicación y en la Unidad de Información y Análisis Financiero, Uiaf, adscrita al Ministerio de Hacienda, organismo que ordenó una inspección del patrimonio de varios directivos y exdirectivos de la firma.
Las investigaciones, acusaciones, rumores e intrigas comenzaron por un contrato de venta de gas, en donde al parecer, habría varias irregularidades y hasta delitos. Rojas salió por la puerta de atrás, y en muy pocas ocasiones ha dado declaraciones a los medios de comunicación desde su salida. El monto total del contrato que origina el escándalo sería de US$180 millones. Uno de los problemas es que el contrato (que fue firmado en 2021) ha tenido varios incumplimientos en la entrega de gas. Luego hay otra parte de la película alrededor del contrato de interventoría que habría sido firmado supuestamente sin los debidos soportes técnicos requeridos. Para la fecha de la firma inicial, el contrato en cuestión fue suscrito por Rafael Guzmán, que en ese momento ocupaba la presidencia de Hocol y hoy está como uno de los colaboradores más cercanos de Ricardo Roa, actual presidente de Ecopetrol.
Otro detalle que no es menor, tiene que ver con la capacidad de producción de la compañía. Resulta que para firmar el contrato de venta de gas a seis años, la empresa habría incrementado sus reservas en el campo Ballena, aumentando de 10 a 45 millones de barriles. Esta información viene siendo monitoreada rigurosamente por la Contraloría General de la República. El ente de control busca determinar si hubo o no una manipulación de los datos para justificar los acuerdos. Esto quiere decir que la Contraloría “sospecha” que los números podrían haber estado inflados desde un inicio.
Recientemente llegó una denuncia “anónima” a la Fiscalía General de la Nación, que posteriormente fue replicada en múltiples cadenas de whatsapp entre periodistas y empleados de Ecopetrol. Lo más llamativo es que el “anónimo” está escrito de una manera en donde se presenta a Luis Enrique Rojas como supuesta víctima y advierte otro tipo de irregularidades en el contrato sin ningún sustento probatorio. El “anónimo” habla de posibles sobornos, coimas y precios de gas por debajo del mercado junto a otras supuestas anomalías. Voces expertas de Ecopetrol y Hocol advierten que el escrito fue elaborado abiertamente por el mismo Rojas, o alguien muy cercano que lo estaría asesorando. Es decir, como dicen popularmente, más disimulado un chichón.
La Fundación para la Promoción y Defensa de los Derechos Colectivos, Funprodeco, veeduría ciudadana para asuntos minero energéticos, se pronunció al respecto. Hermann Gustavo Garrido, director ejecutivo de la organización, ha señalado directamente ante la Fiscalía General de la Nación las posibles inconsistencias del anónimo y un posible intento de exponer denuncias sin fundamento en medios de comunicación. Por los lados de la Fiscalía aún no se conocen investigaciones formales, así que debemos esperar a que la entidad se pronuncie.
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