Más disimulado un chichón

El pasado martes se cerró el plazo impuesto por MinTIC para que las empresas interesadas en participar del proceso de subasta 5G presentaran su interés de manera formal. Todo el mercado daba por descontada la presencia de tres sobres por parte de cuatro compañías interesadas, en efecto, los actuales operadores de servicios de telecomunicaciones de nuestro mercado: Claro, WOM y la recién creada Unión Temporal entre Tigo y Movistar.

La sorpresa llegó en un cuarto sobre radicado por una compañía que no está en nuestro mercado. Se trata de Telecall Colombia filial de Telecall Brasil, empresa que ofrece diferentes servicios de telecomunicaciones.

En el vecino país, donde cuenta con más de 20 años de experiencia en la zona de Río de Janeiro, actúa como Mvna y Mvne, es decir, hace las veces de agregador de red móvil virtual mayorista y como habilitador de red móvil virtual en infraestructura de red, soporte comercial de operaciones a otros operadores móviles virtuales.

En Brasil desarrollaron en conjunto el despliegue de red 5G de la operadora TIM. Su principal infraestructura corresponde actualmente a dos “backbones” de fibra óptica, en las ciudades de Río de Janeiro y Sao Paulo. Llevan 20 años dentro en ese mercado, pero allá no tienen espectro. ¿Por qué van a estar interesados en tener espectro en Colombia, si en nuestro mercado no tienen infraestructura?

Hay varias hipótesis para responder ante el nuevo escenario. Una opción es que los brasileros busquen participar para adquirir espectro y luego revenderlo en el mismo mercado, aprovechando que podrían tener un buen diferencial de precios. Otra opción es que uno de los operadores establecidos tenga negocios a futuro desconocidos con dicha empresa.

Otra posibilidad es que estén haciendo las veces de un simple creador de mercado, para garantizar que haya un número más grande de empresas pujando por los bloques, lo que necesariamente subiría los precios de las rondas. Esta última hipótesis solo le conviene al gobierno, que podría haberlos invitado en su momento cuando no había certeza de que todos los operadores actuales del mercado fueran a participar.

En todo caso es muy curioso que una compañía llegue de manera tan misteriosa, a participar en un proceso que, de ganarlo, supondría inversiones gigantes para un mercado que ya está bien repartido entre los cuatro operadores establecidos. Tener espectro sin infraestructura es como si una aerolínea se gana los slots de un aeropuerto sin tener los aviones. A mi juicio, alguien está jugando con cartas tapadas, mejor dicho “cañando”, pero pronto la prensa descubrirá quién es el autor intelectual del misterioso sobre. Alguien suspicaz diría “más disimulado un chichón”.

La expectativa grande que hay ahora en este mercado se comenzará a resolver el próximo lunes en un foro convocado por la CRC para explicar las posibles medidas que el ente regulador va a imponer sobre el mercado de telecomunicaciones. Como la misma entidad lo advirtió en un reciente documento, que coincide con las solicitudes de la SIC, las medidas históricas que se han tomado a nivel regulatorio no han servido para impedir el creciente poder financiero de un operador dominante. Del esperado foro podría surgir material de nuestro siguiente análisis.