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Analistas 23/08/2012

El Robin Hood del Agua

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Varias empresas constructoras de Bogotá han denunciado que hay una zona de la ciudad, ubicada entre la calle 116 y la calle 153, desde la Autopista Norte hasta la carrera séptima, donde han encontrado un cuello de botella para sus proyectos inmobiliarios. Puntualmente hay problemas en varios proyectos de Cedritos y  barrios de la localidad de Usaquén, que aunque tienen sus permisos y licencias de las curadurías respectivas, se han enfrentado a una nueva y sorpresiva barrera: el agua. La Empresa de Acueducto y Alcantarillado Eaab ha informado a los constructores que esa zona de la ciudad tiene dificultades para suministrar el servicio público a nuevas viviendas multifamiliares.

La entidad responde oficialmente que la imposibilidad para prestar el servicio público es técnica, ya que en la zona existen redes (especialmente de alcantarillado) que fueron diseñadas en su momento para casas y zonas de vivienda de muy pocos pisos. El Acueducto señala que proyectos multifamiliares, de varios pisos, chocan técnicamente con el diseño de la red y que con su infraestructura actual no pueden proveer agua potable y servicio de alcantarillado a niveles óptimos. Para los técnicos de la entidad, no es viable “agrandar” o “rediseñar” las tuberías y alcantarillas para cuadras donde antes había de 50 a 100 personas y ahora se proyectan miles de habitantes. Misteriosamente esta dificultad técnica sólo pasa en esa zona donde casualmente hay viviendas de estratos 5 y 6 mientras en otros miles de barrios de la ciudad no existen problemas de la red.

Algunos de los constructores con sus unidades en un alto estado de avance, dicen que comercialmente es un efecto muy negativo tener proyectos andando, e inclusive  apartamentos listos para vender, sin servicio de agua y alcantarillado garantizado.  No solamente las viviendas pierden su valor, sino que las firmas ponen en riesgo su prestigio y posicionamiento en el mercado. Cierto constructor señaló que la razón técnica es una excusa para disfrazar una política de desvalorizar esas viviendas. Al parecer la intención sería “forzar” a la industria a trabajar en otras localidades de la ciudad, donde paradójicamente el Distrito está regalando el consumo mínimo de Agua. Ni los más apocalípticos profetas hubieran imaginado que esta sería la manera de desatar la primera guerra por el agua, entre localidades de Bogotá, y al parecer propiciadas desde el mismo despacho del Alcalde.

Existen rumores de un posible decreto que sería firmado en los próximos días, donde el Alcalde Petro obligaría a construir Viviendas de Interés Prioritario (VIP) en esas zonas de la ciudad, mezclada con apartamentos de estratos 5 y 6. Esta norma claramente se volvería un sobrecosto para los proyectos y multiplicaría un número de inmuebles VIP vacíos, ya que personas de bajos recursos no estarían dispuestas a pagar las altas cuotas de administración que se registran en la zona en mención.

La inestabilidad jurídica, con cambios abruptos en los modelos de negocio y la restricción del agua, estarían estimulando a que los principales constructores de Bogotá se vayan a otras ciudades. Los empresarios están viendo todo esto como una política de “Ricos vs. Pobres”, y si se van a ver forzados a crear viviendas populares a “las malas”, necesariamente los análisis de rentabilidad los llevarán a un aumento en el precio del metro cuadrado para vivienda nueva. No estoy seguro si Bogotá aguantaría un aumento adicional en el precio de las viviendas, que de por sí ya están por las nubes. Bogotá Humana no puede ser Bogotá a las malas. Sería bueno que dejaran de jugar a ser Robin Hood.

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